Zapatero tampoco aclara a los diputados si cumplirá su promesa de cerrar Garoña
Al Gobierno español le queda menos de un mes para tomar una decisión sobre Garoña. Rodríguez Zapatero insiste en que cumplirá su promesa de acabar con las nucleares, pero se escuda en que «el suministro energético debe estar garantizado» para evitar pronunciarse.
GARA |
José Luis Rodríguez Zapatero mantuvo ayer la incertidumbre sobre el futuro de Garoña. El presidente del Ejecutivo español afirmó ante el Congreso que será «coherente» con su promesa electoral, que pasa por la «sustitución gradual, ordenada y razonable» de la energía nuclear en favor de las renovables, pero se escudó en que, para cumplir su palabra, el suministro eléctrico debe estar garantizado.
A pesar de que el diputado Joan Herrera, de ER-IU-ICV, le pidió que que fuera más concreto que en su intervención del martes en el Senado, Zapatero insistió en que aún queda tiempo hasta que el Ejecutivo tenga que pronunciarse, el próximo 5 de julio, y reiteró que la decisión se tomará «en tiempo y forma, respetando los procedimientos».
José Luis Rodríguez Zapatero afirmó estar estudiando el informe del Consejo de Seguridad Nuclear favorable a la continuación de la central durante diez años más, aunque con condiciones. Recordó que el documento aborda sólo lo que afecta a la seguridad «y no aspectos de otra índole que deben tenerse en cuenta para tomar una decisión, como la política energética».
El líder de la oposición, Mariano Rajoy, también exigió a Zapatero una posición clara en torno a la energía nuclear y que «si quiere suprimirla, que lo haga ya». Rajoy despreció la posibilidad de una energía limpia a través de fuentes renovables, porque, a su juicio, un sistema basado en esos métodos «no garantiza nada», ya que depende de las variables meteorológicas.
Mientras, el propio lehendakari, Patxi López, presionaba al secretario general de su partido para que cumpla el compromiso de cerrar la central nuclear más antigua de todo el Estado. español. López subrayó que pesa más la promesa de cierre de las plantas nucleares que el informe del Consejo de Seguridad Nuclear, que avala la continuidad del funcionamiento de Garoña durante 10 años más.
En el mismo sentido se pronunció el líder del PSE de Araba, Txarli Prieto, quien confió ayer en que Zapatero se pronunciará a favor del cierre de la central nuclear de Garoña, aunque le dejó margen al matizar que el presidente español lo hará «en el plazo que corresponda».
Por otro lado, el consejero de Economía y Trabajo de la Junta de Castilla-León, Tomás Villanueva, del PP, criticó la ambigüedad del discurso de Zapatero y defendió que «energéticamente se necesita que continúe activa» la central burgalesa.
Debate contra Nuclenor
José Ramón Torralbo, director de Nuclenor, la empresa que gestiona la central de Garoña (participada a partes iguales por Endesa e Iberdrola), se enzarzó ayer en una batalla de datos con el representante de la izquierda abertzale en las Juntas Generales de Araba Aitor Bezares. Mientras Torralbo defendía las 2.500 modificaciones al diseño original y la renovación de 40.000 componentes de la planta, Bezares manifestó que hay datos de que «existe una muy grave corrosión de la vasija de la central», añadió que el 70% de los tubos de penetración de las barras de combustible de la planta se encuentran «agrietados y corroídos» y, que el «barrilete» (el elemento que sustenta el núcleo) está partido por la mitad, aunque fue reparado en su día de forma «chapucera».
Nuclenor, ante estas críticas, se defiende con el argumento de que, si se les concede una prórroga de 10 años, invertirán 150 millones de euros en reacondicionar la central. Asimismo, recuerda que la central burgalesa da trabajo a 1.100 personas. Ayer, unos 400 empleados de Nuclenor se concentraron en la planta para defender sus puestos de trabajo.
Greenpeace recuerda que la central ha sufrido nueve incidentes este año y se centró en el ocurrido el 9 de mayo, cuando un fallo en un elemento combustible aumentó la radiactividad en el núcleo de la central.
Felipe González y José María Aznar defendieron ayer la continuidad de Garoña. González pidió abrir un debate «serio» y Aznar aseguró que quiere que el Estado se dote de «instalaciones nucleares del futuro».