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Bachelot receta «jarabe de palo» para frenar el déficit de la Seguridad Social

Los gobiernos de derecha han adoptado sucesivas reformas para atajar el fuerte déficit de la Seguridad Social francesa. Las más de las veces esas medidas han pasado por gravar los servicios a la ciudadanía. La actual crisis ha colocado a la caja común en situación límite y la ministra de Sanidad, Roselyne Bachelot, ha desatado la caza al médico y al enfermo.

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Maite UBIRIA

La Comisión de Cuentas de la Seguridad Social francesa ha dado un disgusto a la ministra de Sanidad, Roselyne Bachelot. El descenso de ingresos, ligado en gran medida al aumento de desempleo, ha provocado que el déficit provisional de la Seguridad Social en 2009 alcance los 20,1 millardos de euros, una cifra sin parangón y que eleva en nada más y nada menos que en 10 millardos el agujero ya considerable con que cerró la Seguridad Social francesa el ejercicio 2008.

Más allá de los factores estructurales, relativos a la curva demográfica, es evidente que los gobiernos de derecha no han sido capaces de frenar el déficit de la SS, que cabalga hoy desbocado. Y eso que no han ahorrado esfuerzos a la hora de adoptar reformas, casi siempre tendentes a endosar la deuda social a la clase trabajadora.

Un comprimido para refrescar la memoria. La extraordinaria canícula de 2003 provocó la muerte de entre 10. 000 y 15.000 de personas, en su mayoría ancianos, a los que no se prestaba la atención debida ni en residencias ni en su domicilio.

De la Canícula a Pentecostés

El entonces presidente, Jacques Chirac, no se dio prisa por regresar al Elíseo desde sus vacaciones en «el paraíso de Ultramar». Ya de vuelta a Francia, retomaba el gesto de eficacia y anunciaba una receta estrella: la solidaridad. El Lunes de Pentecostés dejaría de figurar en rojo en el calendario. El Estado fijó una contribución a los empresarios, pero la aportación de los trabajadores era y es netamente superior. Pasado el «bochorno nacional» por la muerte en abandono de millares de franceses, las encuestas dieron la espalda al Gobierno y los sindicatos lanzaron la batalla contra una medida que hace caer todo el peso sobre las rentas salariales.

Sarkozy, quien preconizaba el cambio total frente al inmovilismo de su antecesor, no se ha atrevido a derogar definitivamente la medida, pero es una evidencia que la estrella de Pentecostés se apaga. Sólo 4 de cada 10 empleados van a trabajar en esa fecha.

El retoque, a todas luces ineficaz, del calendario laboral no ha sido la única medida abordada para paliar el déficit de la «sécu». La reforma de la Seguridad Social impulsada en 2005 estableció que por cada visita o examen médico los usuarios pagarían 1 euro como suplemento para compensar el agujero económico de la sanidad pública. La medida, que castiga en especial a personas de edad o a pacientes aquejados de enfermedades crónicas pervive a día de hoy.

A esa contribución que, una vez más se ceba sobre los hogares con menos recursos, hay que sumar otras medidas similares incluidas, tanto en la reforma de 2008 como en los cambios sectoriales impulsados por el Ministerio de Bachelot, que se resumen en una limitación de los recursos hospitalarios -que condena a los habitantes de zonas rurales a someterse a largos desplazamientos- y en una reducción constante de efectivos humanos en la Sanidad pública.

Tapar agujeros o cambiar la Fiscalidad

Con todo, el Gobierno ha debido recurrir al endeudamiento, es decir a contratar créditos, para poder afrontar este año y el que viene los compromisos de la Seguridad Social. Ante las medidas coercitivas que anuncia Sanidad para paliar los efectos en sus cuentas del desembolso suplementario en prestaciones de desempleo, bajas laborales y ayudas familiares al que le ha abocado la crisis económica, el líder del sindicato CFDT, François Chérèque, se muestra contundente. Ante los micrófonos de France Inter, Chérèque llamaba a romper con la práctica sarkozista de «hacer pagar menos a quien más ingresa y en gravar de modo escandaloso a quien dispone de menos recursos» .

El Gobierno conservador francés atribuye la situación por la que pasa la Seguridad Social a una «menor entrada de recursos», ligada en parte al derrumbe «coyuntural» del mercado laboral. Sin embargo, desde organismos sociales y sindicatos se hace hincapié en la necesidad de abordar el problema en el contexto de una reforma fiscal que se asiente en el principio de la solidaridad.

Médicos, pacientes, hospitales... todos bajo sospecha

La consigna Bachelot para corregir los números rojos de la protección social es clara: mayor vigilancia con vista a reducir costos y, a buen seguro, también servicios.

Así, según el área de Sanidad extremará la vigilancia sobre los 150 médicos que hayan expedido un mayor número de partes de baja. El Gobierno quiere generalizar la visita del médico a la persona en baja laboral por accidente o enfermedad. Ello quiere decir que desde 2010 el empresario podrá solicitar que un médico se desplace sin previo aviso a casa de un trabajador que haya cogido la baja para certificar su estado físico.

Al tiempo que aumenta el control sobre bajas, tanto sobre médicos como sobre pacientes, un total de 200 hospitales a los que se atribuye un «uso excesivo» de ambulancias y otros transportes con cargo de la Seguridad Social serán sometidos a un dispositivo de vigilancia especial. Maite UBIRIA

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