Un comunicante anónimo asumió un ataque realizado contra la placa colocada en Legorreta en memoria del que fuera gobernador civil de Gipuzkoa Juan María Jauregi, muerto el 29 de julio de 2000 en un atentado reivindicado por ETA.

El comunicante informó a GARA de que con el ataque «el mensaje es claro: el fascismo no tendrá cabida en nuestro pueblo». El comunicante explicó que el pasado 30 de mayo se convirtió en «el día de la vergüenza», por el acto organizado por el Consistorio de Tolosa en homenaje a las «víctimas del terrorismo».

«Allí se juntaron todos los seudo-demócratas: PNV, PP, PSOE, EA, Aralar... convirtiendo el palacio Aranburu en el nuevo «valle de los caídos»! Ciudadanos no, pero sí políticos profesionales y armados de todo tipo: zipayos, picolos, nacionales, escoltas... armas por doquier! Pero el pueblo, una vez más, dio la espalda a esta parafernalia», añadió para, acto seguido, censurar que el alcalde de Tolosa hubiera pretendido incluir en ese «pack» a Lasa y Zabala, secuestrados y muertos por los GAL.

«El homenaje del PNV»

«¿Cómo es posible meter en el mismo saco a los gudaris Joxi y Joxian con un mercenario como el guardia civil Panizo? ¿Y todos los torturados que pasaron por sus manos no son a caso víctimas? ¿O sus testimonios de torturas es «hacer victimismo» como está alentando últimamente el PNV?», prosiguió el comunicante.

«Que tengan muy claro Bildarraitz y compañía que todavía tenemos muy presente las salvajes imágenes del entierro de Joxi y Joxian. Del homenaje personal que les brindó el PNV», agregó.

Por último, el comunicante recordó el resurgimiento de la guerra sucia y, en concreto, exigió conocer «qué han hecho» con Jon Anza. Además, subrayó que mientras sigan prohibiendo los homenajes a los presos y el «recordar a los muertos, estaremos en la necesidad de responder».