Los bancos abren siempre la puerta a la élite económica
Los fichajes de Cristiano Ronaldo y Kaká por el Real madrid por 155 millones de euros han abierto la espita. Florentino Pérez, presidente blanco, ha obtenido financiación sin problemas, al contrario de lo que sucede con la mayoría. Tanto dinero en tiempo de crisis y, sobre todo, cuando se anuncia que la pobreza aumentará al 30% al finalizar este período de recesión, llama a la reflexión.
Juanjo BASTERRA
Cada vez está más claro que la crisis económica la sufren los trabajadores.No hay duda. El problema se encuentra en que las administraciones públicas en vez de ayudar a los más necesitados, miran hacia otro lado y se permiten actuaciones exageradas como los fichajes multimillonarios por parte del Real Madrid. Florentino Pérez, presidente de ACS y candidato a ocupar la presidencia de Iberdrola, se encuentra entre las principales fortunas del mundo, según la revista Forbes. Gracias a los procesos especulativos llegó a la élite económica y ha decidido volver a la presidencia del Real Madrid metiendo mucho ruido, como le gusta. Hay, entre otros, tres elementos para analizar sobre ese despilfarro económico en tiempo de crisis.
Como sus representantes han dicho, cada uno se gasta su fortuna como y cuando quiere. Sin embargo, Pérez por su posición ha logrado lo que los mortales no obtienen: un crédito de 155 millones a través del grupo Santander y Caja Madrid; y La Caixa participó en el aval que tuvo que presentar por 57 millones para acceder a la presidencia del club blanco.
La población, en general, tiene cerrado el grifo por parte de cajas y bancos. Estar entre los mil privilegiados del mundo te da la llave de las cajas fuertes que siempre están cerradas para la población en general, porque, según nos dicen los responsables de las entidades financieras, no hay liquidez. Para algunos, sí que la hay.
Si a esta actuación discriminatoria de los bancos, unimos otro gran debate que ha surgido a cuenta de que los empresarios y responsables de algunas administraciones consideran impropio que los salarios de los trabajadores crezcan a un ritmo del 3% en este momento que la inflación está en el suelo, nos encontramos con un cóctel explosivo. Quienes niegan las mejoras salariales a los trabajadores, que en los últimos quince años de esplendor económico vieron como sus salarios reales cayeron un 1,5%, perciben salarios que en el peor de los casos son cinco veces y media más altos que los trabajadores, sin hablar de lo que cobran los millonarios Sánchez Galán (Iberdrola) y Francisco González (BBVA), por encima de 6,5 y de 20 millones, respectivamente, por poner dos ejemplos de multinacionales de origen vasco. Eso en tiempo de crisis.
Mientras se producen estos movimientos, se producen declaraciones de la vicepresidenta segunda y ministra de Economía, Elena Salgado, indicando que las arcas públicas ayudarán a las entidades financieras «sin exigir reestructuraciones», porque se adelanta que en 2010 será un año malo para la banca. Nadie se acuerda de los años buenos, de los meses de récord, y donde la crisis golpea con virulencia a las cuentas de los trabajadores, no a los beneficios astronómicos de bancos que, pese a la crisis, ganaron en este primer trimestre 4.952 millones.
El tercer elemento se encuentra en las consecuencias directas que la crisis está teniendo entre la clase trabajadora. Hay 156.576 personas en paro, 54.278 personas más que hace un año, en Hego Euskal Herria.
En este caso, Daniel Raventós, doctor en Ciencias Económicas por la Universidad de Barcelona y uno de los principales promotores de la Red de Renta Básica, confirmó hace unos días que al término de la crisis, «un 30% de personas vivirá en la pobreza» debido al «modelo desigual» existente. El gobernador del Banco de España, Miguel Angel Fernández Ordoñez reconoció que habrá «más pobreza».
Todo esto tiene un problema añadido, porque Jaime Requeijo en un libro presentado recientemente por Funcas,«Odisea 2050. La economía mundial del siglo XXI» dice que los problemas para «la economía estarán inducidos por movimientos mundiales incontrolables».