CRíTICA Cine
«Hacemos una porno?»
Koldo LANDALUZE
Hacemos una porno»? llegaba con la vitola de ser la película que ha provocado el renacimiento creativo de un Kevin Smith excesivamente perdido en su limitado y agotado microcosmo de Nueva Jersey. Tras la desesperada intentona que supuso rodar una secuela imposible de su producción más reconocida, la estimulante «Clerks», el ideólogo de las andanzas de Jay y Bob el Silencioso ha encontrado en la exitosa fórmula de las comedias con sello de Judd Apatow un modelo a seguir con el cual ha podido enriquecer su visión freak-cinéfila del mundo. Lamentablemente, Smith se ha hecho un auténtico barullo a la hora de querer encauzar todas y cada una de las intenciones que co-habitan en este rutinario fresco urbano-romántico habitado por personajes con la brújula emocional estropeada. Tras un inicio que permite esbozar las personalidades de los protagonistas, la película deriva hacia un refrito de situaciones ya vividas que deriva hacia esa postura acomodada que tanto daño hace al género.
El cineasta se deja llevar por un espíritu romántico muy blando y sacrifica la mala leche y el gamberreo que podría intuirse en la peripecia fílmica que debe protagonizar el prototipo de Peter Pan actual sacudido por la crisis y apasionado del imaginario de Lucas. La coartada cinéfila de «La guerra de las galaxias» funciona en contadas ocasiones y todo queda en un recital de poses y buenas intenciones servidas por Seth Rogen, completamente desbordado por la tarea titánica que supone mantener sobre sus amplias espaldas todo el peso de la función. «¿Hacemos una porno?» entra de lleno en este tipo de filmes adocenados que promete mucho más de lo que finalmente aporta lo cual posibilitará que Smith decida prolongar esta vertiente que le podrá permitirle sobrevivir en un mundo tan implacable como la industria de Hollywood.