Tres eran tres. La llegada de Iñigo Díaz de Cerio al Athletic abre el abanico de opciones que manejará Caparrós a la hora de elegir un acompañante para el incuestionable Fernando Llorente. En principio, el donostiarra tendra que batirse el cobre con Ion Vélez y Gaizka Toquero por ser el segundo hombre en la vanguardia bilbaina. La pasada campaña, tras la venta de Aduriz al Mallorca, el tafallés Vélez fue el elegido para esa posición durante los primeros meses.

Hasta que en enero llegó, procedente del Eibar, Gaizka Toquero. El de Gasteiz no tardó en hacerse con ese puesto, ganándose además un lugar en el corazón de la parroquia rojiblanca. Fue el héroe en la vuelta de la semifinal copera contra el Sevilla -la grada coreaba el «ari, ari, ari , Toquero lehendakari»- y puso por delante a su equipo en la finalísima contra el Barcelona.

No se les puede negar su disposición al trabajo, ya que son un auténtico incordio para las zagas rivales. Pero, por lo visto hasta la fecha, el nuevo león les aventaja en eficacia goleadora. Además, puede suplir sin problemas a Llorente cuando éste no pueda jugar, ya que está acostumbrado a actuar como ariete puro. Remata bien tanto con las piernas como con la cabeza, aunque no destaque por su estatura.

Obviamente, De Cerio no quiso pecar de soberbia en su presentación y, aunque aseguró que luchará por entrar entre los once elegidos por el técnico, subrayó que no llega a Bilbo «a quitar el puesto a nadie» y se consideró «compatible» con cualquiera de los actuales atacantes. «Me adapto a lo que tengo al lado», sentenció.

El ex realista destacó que el principal motivo de su cambio de aires -aunque, como es natural, la posibilidad de jugar en Primera y la mejora económica también habrán tenido su peso- es la fe que el Athletic ha tenido en su perfecta recuperación de la grave lesión sufrida el pasado 8 de noviembre.

«Desde el principio no ha habido ninguna apreciación sobre la lesión. Ha sido un factor clave que nunca haya habido dudas sobre mi estado físico», indicó antes de señalar que no se marca plazos para su puesta a punto, pero que espera espera realizar desde el inicio de la pretemporada «ciertas cosas con el grupo». Una pretemporada que arrancará la próxima semana, el lunes con las pruebas médicas y el martes con el primer entrenamiento en Lezama.

Respecto a su salida de la Real, asume que ha estado y estará rodeada de un «halo de polémica», con gente que «no lo ha entendido» y se lo «ha echado en cara». En su día, ya explicó que el club blanquiazul no le ofrecía la estabilidad que él deseaba y que siempre fue «de cara» en este aspecto. «El salto de la A-8, como decimos allí, no es fácil», sentenció.