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La Asamblea Amarika sale a la calle para mostrar su modelo de gestión

Casi ha transcurrido un año desde que la Asamblea Amarika comenzara su andadura. Sin embargo, este colectivo de artistas, que se define como abierto y plural, como el eje del Proyecto Amárica, se quiere dar a conocer esta tarde con un acto lúdico que recorrerá los tres espacios expositivos de la Diputación que ahora gestiona el colectivo de artistas.

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Itziar AMESTOY | GASTEIZ

Cada vez suenan más los nombres de proyecto, asamblea o consejo Amarika. No en vano, llevan meses llevando a cabo presentaciones y poniendo en marcha proyectos. Aun así, las fronteras entre cada una de estas partes y sus funciones no son perfectamente conocidas por todo el público. La idea partió de la Diputación de Araba, que decidió que los espacios expositivos de su propiedad estuvieran gestionados directamente por el sector creativo. Así nació el Proyecto Amárica.

El nombre no era casual; la Sala Amárica fue durante 13 años, hasta su cierre en 2003, un espacio referencial en el arte contemporáneo en el que se habían dado a conocer muchos artistas jóvenes. El cierre por parte del ente foral fue muy criticado, y de la oposición de artistas nació la Plataforma Amárica, que se disolvió tras cuatro años de trabajo. Es aquel espíritu de gestión independiente el que se recupera ahora. Para ello, el proyecto se ha organizado en la asamblea, siempre abierta a nuevas incorporaciones, y el consejo elegido por la primera pero que se encarga directamente de la gestión de los tres espacios forales: la Casa de la Cultura, el Archivo Municipal y la Sala Amárica, que se ha vuelto a abrir . Para el consejo, los artistas que forman la asamblea eligieron a cuatro miembros: Natxo Rodríguez, Ana Valdeolivas, Anabel Quincoces e Ibon Saénz Olazagoitia. Todos ellos tienen en común haber formado parte de la Plataforma Amárica. Aunque el consejo es el órgano gestor, en realidad es la asamblea el eje del proyecto y, además, como ente independiente, lleva a cabo iniciativas propias. Por ejemplo, buscan avanzar en la vieja reivindicación del 2% del presupuesto de Obras Públicas que debería destinarse a promover el arte y también abrir locales y estudios de trabajo para artistas. Como es un ente abierto que quiere aportaciones, necesitan que los artistas les conozcan para lo que han organizado esta tarde una kalejira. En ambiente festivo, recorrerán los tres espacios expositivos desde el Archivo, a las 19.30, con la compañía de «Kostra-Orkresta» y «Sleepwalk Collective».

Espacios abiertos al colectivo de jóvenes artistas vascos

El Proyecto Amárica gestiona los tres espacios expositivos forales y las muestras que los ocuparán durante este verano no dejan lugar a dudas respecto a que el proyecto busca impulsar al emergente colectivo de artistas jóvenes de una escena cercana. Así, por un lado, la Sala Amárica acoge «Absolute Beginners», que quiere investigar tanto las nuevas formas de plantear la producción artística como su puesta en escena y socialización. Para ello, el proyecto comisariado por Nekane Aramburu incluye cinco propuestas de artistas vascos nacidos entre 1976 y 1984. Aramburu conoció a los cinco artistas en la convocatoria de «Inmersiones», que sirvió para testar el panorama creativo joven y que fue uno de los primeros pasos del Proyecto Amárica.

Los otros dos espacios, la Casa de la Cultura y el Archivo Municipal, dan cabida a «Super-pop», un trabajo surgido de la confluencia entre Amárica y Bilbo Espacio Abisal. Arrancó en abril con un taller en el que se discutieron temas de pertenencia, identificación o unión generacional. Producto de esa reflexión, 13 artistas han presentado sus obras en las dos salas en las que además se puede consultar la documentación del taller. Todos los trabajos nacen de las diversas inquietudes que aparecieron en aquella cita. Las dos muestras permanecerán abiertas en las salas expositivas hasta el próximo 3 de setiembre.GARA

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