CRíTICA dFeria
Combinado nutriente
Carlos GIL
Los cambios estructurales llevan en ocasiones a lugares de gran acierto. Este es el caso y con nueva denominación, con otra dirección artística, se presenta con cuatro piezas donde se detectan todas las posibilidades de avanzar por un camino de la danza bastante más abierta, liberada del neoclasicismo primario para entrar en territorios de mayor contemporaneidad, en donde los elementos que concurren en la escena requieren de una mayor complicidad de los intérpretes, que deben aportar en algo más que una técnica.
Tríos, duetos múltiples, solos, conjuntos, de todo se ofrece, con tres firmas diseñando las coreografías, pero empastadas en una suerte de unidad en cuanto a sus rasgos generales, aprovechando muy bien todos los recursos humanos, desplegando desde improvisaciones seriadas, hasta composiciones con todo el grupo bailando donde se mezclan los estilos, o con un divertimento especialmente celebrado, «Ballet 101» cuando, a partir de las cinco posiciones básicas de la danza clásica, se crean hasta cien posiciones que van recorriendo de manera muy cercana figuras reconocibles.
Esta pieza, junto a «Björk Duets», ambas coreografiadas por Eric Gauthier, dan las claves de una línea de trabajo completada de manera muy acertada con «Songeurs», de Christophe García, y que ya se bailaba en la anterior etapa, para encontrar la fuerza y la composición coral en «Torque», de Hilde Koch. Las sensaciones que transmite esta joven compañía es que han logrado un combinado muy nutriente y digerible.
Obra: «1.01».
Intérpretes: Aurélien Alberge, Sophie Antoine,
Olivier Coeffard, Charline Debons, Alejandra García, Muria Giménez, Giovanni Insaudo, Garasi Perez, Francisco Sánchez, Andrea Vallescar.
Coreografías: Christophe García, Hilde Koch, Eric Gauthier.
Dirección artística:
Adriana Pous Ojeda.
Producción: Dantzaz Elkartea.
Fecha y lugar: Gazteszena (C.C. Egia), Donostia. 30-06-09.