Sin ocultar que el fallo del Tribunal de Estrasburgo que avala la ilegalización de Batasuna es una «muy mala noticia», Arnaldo Otegi encaró la sentencia ratificando que la apuesta política de la izquierda abertzale no variará ni un ápice; «ni los razonamientos, ni los análisis políticos, ni las propuestas», subrayó contundente.

Arnaldo Otegi, Miren Legorburu y Tasio Erkizia comparecieron en la mañana de ayer ante la prensa para valorar de urgencia el fallo que entienden «diseñado a la medida del Estado español» y el cual supone «una vuelta de tuerca más en el recorte de libertades».

No aclararon si recurrirán el fallo ante la sala principal del Tribunal, ya que como detalló Otegi, la lectura jurídica de la sentencia está siendo realizada por los letrados de la defensa de la izquierda abertzale, y serán ellos quienes determinen los pasos a seguir. El portavoz independentista se centró, por su parte, en los aspectos políticos de la decisión, donde incidió en la idea de que el fallo «sigue la filosofía de guerra preventiva y total contra el terrorismo instalada por George Bush».

Para el militante abertzale, en la dicotomía entre seguridad del Estado o las libertades «la balanza del Tribunal de Estrasburgo se inclina por la seguridad y el recorte de las libertades», por lo que concluyó que este fallo «pone la seguridad por encima de los derechos individuales y democráticos de los ciudadanos».

Tildó esta tendencia de «grave error». y pese a que es en Euskal Herria donde el fallo «da protección jurídica a ese recorte de libertades de decenas de miles de ciudadanos y cobertura jurídica al apartheid político que sufre la izquierda abertzale», Otegi alertó de que la decisión «también es una catástrofe para el conjunto de la ciudadanía europea».

El militante vasco, que subrayó en más de una ocasión la serenidad y la tranquilidad con la que cuenta la izquierda abertzale ante este nuevo obstáculo, no escondió su temor a que esta sentencia sienta jurisprudencia y se vuelva a priorizar la seguridad en decisiones a tomar sobre inmigración o posibles ilegalizaciones de formaciones comunistas, como es el caso de Chequia. Esta tendencia deja patente, para la izquierda abertzale, que «nos estamos acercando peligrosamente a un mundo que funciona en torno a temas autoritarios y que no protege las libertades».

También tuvo presente las decisiones adoptadas por el mismo tribunal en torno a los partidos turcos, lo que valoró como una «marcha atrás» del Tribunal de Estrasburgo con respecto a casos similares, ya que en estos casos falló a favor de las formaciones ilegalizadas. En este sentido, supuso que el Tribunal «tenía enormes dificultades para decir que un Estado miembro de la UE incumplía o conculcaba derechos fundamentales», por que, tal y como recordó, Turquía no es miembro de la UE y el Estado español sí.

Pese a tener los precedentes de Turquía, Otegi apuntó que no le ha causado sorpresa que el tribunal considere las ilegalizaciones como «una restricción legítima» y reconoció que esperaban una sentencia en contra de sus intereses. Valoró, sin embargo, como «dato preocupante» que la sentencia haya sido dictada en parámetros que la izquierda abertzale considera «del pasado», en alusión a la «filosofía instaurada en el planeta por George Bush, con la ayuda del señor Aznar, Tony Blair y otros líderes mundiales». Y detalló que en la sentencia conocida el martes existe, incluso, una referencia concreta a lo acontecido el 11-S.

El portavoz independentista volvió a incidir en que se trata de una «mala noticia» y advirtió de que la lógica del fallo, «lejos de acercar a un escenario de soluciones, conlleva el recorte de libertades».

Aun y todo, Otegi no mostró dudas respecto a la apuesta política de la izquierda abertzale y aseguró que esta decisión «no modificará sus puntos de vista» respecto a la situación del país, ni respecto «a dónde están las salidas al conflicto en términos pacíficos y democráticos».

Reconoció que el Estado español «ha ganado una batalla jurídica, planteada en términos jurídicos y antiterroristas en Europa», y alertó de que cada vez que ocurre esto «se da un recorte de libertades; nunca una profundización en las mismas». Pese a este logro jurídico del Estado español, Otegi se mostró confiado, y aclaró que con el fallo no «concluye nada» e insistió en que «no existe ningún cambio en términos estructurales de la situación política del país»; «sólo hay un obstáculo más, grave, pero un obstáculo», apostilló.

Otegi trajo a colación la trayectoria de la izquierda abertzale con el objeto de subrayar la capacidad de este movimiento a la hora de afrontar obstáculos y reiteró que el futuro «pasa por cambiar este escenario por un escenario democrático». En este sentido, recordó que ello exige «el fortalecimiento de la izquierda abertzale, la suma de fuerzas independentistas en el país, y la recuperación de un proceso de diálogo y negociación».

Estrategia infantil

Preguntado en torno al recorrido que podrían tener otras siglas vinculadas a la izquierda abertzale de cara a próximas elecciones, el portavoz independentista consideró un «tanto infantil seguir insistiendo en la tesis de la invisibilidad de la izquierda abertzale». Defendió que esta estrategia del Estado español no da frutos y expuso como botón muestra los sufragios cosechados en las últimas elecciones europeas.

Abogó por que el escenario cambie e incidió en la necesidad de hacer un esfuerzo para recuperar las libertades en el país; «la izquierda abertzale y los hombres y mujeres de la izquierda independentista tienen el perfecto derecho a concurrir a las elecciones», exigía Otegi, a la vez que apuntaba que los «apagones pueden servir para hacer editoriales pero no para buscar soluciones».