De manera repentina, cuando eran las 17.15 aproximadamente, una gran tormenta de granizo cogió desprevenidos a todos los viandantes que se encontraban por las calles de la capital alavesa.

La intensa tormenta que se alargó durante una media hora, causó «cuantiosos daños en centenares de coches aparcados en la calle. De la misma manera, atizó las persianas de varias viviendas» informaron fuentes municipales. La «virulencia» de las precipitaciones provocó la rotura de parabrisas de coches y la abolladura en centenares de ellos. Los servicios de atención de empresas especializadas en reparaciones, especialmente en lunas, se vieron colapsadas.

Las bolas de granizo, de tamaño considerable, también provocaron desperfectos en los centros cívicos de Hegoalde, Judimendi y Lakua. Zabalgana, Ariznabarra, Lakua y la zona de Armentia fueron los barrios más afectados.