Una operación policial conjunta entre la Policía Foral y la Guardia Civil ha conducido a la detención de doce personas en Nafarroa y Tenerife, presuntamente relacionadas con la muerte por disparos de la vecina de Ituren Yamiled Giraldo, el pasado 25 de abril en Cordovilla.

Según informó la agencia EFE citando fuentes de la investigación, entre los arrestados se encuentran los autores materiales del crimen, así como el inductor del mismo, quien ya se encontraba en prisión cumpliendo condena por otras causas.

Al parecer, los acusados de haber perpetrado el crimen son un hombre y una mujer, quienes habrían llevado a cabo el encargo encomendado por la persona encarcelada. Desde la agencia de noticias española aseguraron que desde un principio la Policía Foral sospechaba que lo que había motivado el crimen era el ánimo de venganza por la declaración de la víctima en un juicio que se celebró hace años por un asunto de trata de blancas, y tras el cual el supuesto inductor terminó preso en la cárcel.

Bajo secreto sumarial

Asimismo, destacaron que las llamadas telefónicas de esta persona a los autores para encargarles el trabajo han constituído una pieza importante de la investigación.

Si bien en un primer momento el Gobierno de Nafarroa había convocado una rueda de prensa para ayer con el fin de que el consejero de Interior, Javier Caballero, y mandos de la Policía Foral y la Guardia Civil ofreciesen más detalles de la operación, finalmente fue cancelada minutos antes, por orden judicial, ya que la investigación se encuentra bajo secreto de sumario.

En ese sentido, el Tribunal Superior de Justicia de Nafarroa remitió un escrito en el que «lamenta» que se hayan producido filtraciones sobre una causa declarada como secreta, y anunció que se darán más datos a su debido tiempo. «Cuando el buen fin de la investigación lo permita, la magistrada que dirige la instrucción dará a conocer detalles de la misma», concluye el escrito.

La vecina de Ituren Yamiled Giraldo, de 33 años, falleció tiroteada en la mañana del 25 de abril en Cordovilla, a donde había acudido en compañía de su hijo para hacer un trabajo de esteticién a domicilio. Se trataba de una trampa que le tendieron los autores del crimen.