GARA > Idatzia > > Eguneko gaiak

Xinjiang, el talón de aquiles de la nueva china

Una protesta uigur contra el dominio chino acaba en un baño de sangre

p004_f01_199x120.jpg

GARA | URUMQI

Al menos 140 personas murieron y más de 800 resultaron heridas el pasado domingo en Urumqui, capital de la provincia de Xinjiang (Turkestán Oriental), cuya población originaria, los uigures, exigen el final de la dominación china.

Todo comenzó con una manifestación pacífica de miles de uigiures que se dirigieron al centro de la ciudad desde los suburbios. El Gobierno chino acusó a las organizaciones uigires en el exilio de convocar la marcha que, denunció, derivó en un pogromo contra la población de etnia han (mayoritaria en China), cada vez más pujante en este territorio tradicionalmente poblado por los uigures, de etnia turcomana y que profesan la religión musulmana. La televisión china emitió imágenes de heridos cubiertos de sangre, de vehículos policiales en llamas y de miles de personas lanzando piedras contra la Policía.

Por contra, un responsable de la principal organización uigur en el exilio acusó a la Policía china de disparar fuego real contra los manifestantes.

«Disparaban indiscriminadamente contra hombres y mujeres», denunció Asgar Can, vicepresidente del Congreso Mun- dial de los Uigures.

«La Policía entró con sus coches en los barrios de la capital y comenzó a masacrar a los manifestantes», añadió el responsable de la principal organización en el exilio de esta comunidad musulmana y de habla turcófona.

Un turista estadounidense que lleva 18 meses en la región y que llegó el domingo a Urumqi a renovar su visa señaló, bajo anonimato, que «se oían explosiones y disparos. Vi a la Policía china llegar a bordo de vehículos blindados, además de autobuses repletos de soldados y camiones militares».

Otra testigo, una china han, observó lo sucedido desde la undécima planta de la maternidad de la capital. Siempre según ella, la manifestación parecía una marcha estudiantil pacífica «antes de que degenerara».

«Los uigures atacaban con piedras a la gente que iban en motocicleta. No tenían otro objetivo que los han», añadió.

«Al menos dies autobuses fueron incendiados y los coches pequeños eran volcados».

Siempre según este testimonio, «los manifestantes destrozaban los escaparates de las tiendas e intentaron entrar al hospital. Pero, rápidamente, la Policía antidisturbios llegó y selló las puertas del hospital. Teníamos miedo», recordaba.

Un turista de 30 años de edad de la provincia de Guangdong pudo llegar a última hora del domingo al hotel pero sus compañeros de viaje aún no habían podido regresar un día después. «Pensaba esperar un poco a ver si vuelven pero he cambiado de opinión. Estoy verificando los vuelos y me voy lo antes posible. He oído que el aeropuerto está colapsado de gente. Todos queremos salir de aquí», señaló.

Desde la Revolución Cultural

«Si se confirman estos datos, estamos ante el enfrentamiento étnico más grave desde la Revolución Cultural», señaló Nicholas Bequelin, de Human Rights Watch, en referencia al período bautizado con ese nombre por Mao Zedong y que supuso, entre 1966 y 1976, un intento de frenar el lento pero inexorable aperturismo del régimen.

Lo cierto es que, pese al olvido sistemático por parte de Occidente -que prefiere prestar atención al budismo feudal de los tibetanos-, Turquestán Oriental es escenario recurrente de protestas contra la dominación china. Varios grupos con sus correspondientes milicias armadas luchan por la independencia del enclave.

La población uigur denuncia la represión política y religiosa a manos de Beijing, paralela con un proceso de colonización masiva con la población de etnia han como punta de lanza.

Los sucesos en Urumqi recuerdan a la revuelta -pogromos incluidos- registrada en marzo del año pasado en Lhassa, capital de Tíbet. Sucesos que acabaron con la muerte de 18 personas.

Al contrario que en Lhassa, donde la revuelta se prolongó durante días, la calma regresó el lunes a Urumqi, donde, eso sí, la presencia policial era visible.

Cientos de personas fueron detenidas, entre ellas «diez agentes claves de la revuelta. Buscamos a otros 90», aseguró una fuente policial.

«China Nouvelle» anunció el levantamiento parcial de las restricciones a la circulación. La Policía vigilaba el gran mercado de la ciudad y patrullaba por las calles vacías y frente a las tiendas cerradas. «La gente tiene miedo», narraba el propietario de un bar.

El control policial llegó a la ciudad de Kashgar, en el extremo occidental de Xinjiang.

denuncia

El Congreso Mundial de los Uigures en el exilio denunció que la Policía disolvió a sangre y fuego una protesta pacífica.

LA HAYA

Decenas de manifestantes fueron detenidos ayer en el transcurso de una protesta ante la embajada china en La Haya. Los manifestantes, la mayoría mujeres, blandían pancartas con los lemas «Chinos, volved a China» y «China terrorista».

TURQUÍA

Turquía se limitó a mostrar su «consternación» por los sucesos y llamó a «encontrar a los culpables». Ankara ha reiterado su respeto a la «soberanía» china y su rechazo al «separatismo turcófono». Ankara y Beijing mantienen buenas relaciones.

LA ONU

La ONU y varios países occidentales hicieron llamamientos a la «contención» tanto al Gobierno chino como a los amotinados. Sorprende la timidez de las reacciones comparada con la rotundidad occidental sobre Tíbet.

Un inmenso territorio repoblado por Beijing con la etnia han

Xinjiang (Turkestán Oriental) es una vasta región montañosa y desértica del noroeste de China (ocupa un sexto de su superficie) y está poblada por 8 millones de personas pertenecientes a la etnia uigur.

A más de 3.000 kilómetros al noroeste de Beijing, sobre la antigua Ruta de la Seda, este enclave tiene un extensión de 1.600 millones de kilómetros cuadrados, tres veces más que el Estado español.

Xinjiang tiene una población de alrededor de 20 millones de personas, pertenecientes a 57 etnias. Los han han pasado de ser el 6% a suponer el 40% de la población desde el inicio de la política de desarrollo de los noventa.

La región es fronteriza con Afganistán y con las antiguas repúblicas centroasiáticas de la URSS (Kazajistán, Kirguizistán y Tayikistán).

Absorbida por el imperio chino en 1884, la población de esta región, hoy autónoma, ha manifestado reiteradamente su voluntad de ser independiente desde la creación de la República Popular China, en 1949. Una parte del enclave conoció un breve período de autonomía bajo el nombre de Turkestán Oriental entre 1930 y 1949.

Esta antigua reivindicación cobró mayor fuerza tras la retirada de las tropas soviéticas de Afganistán y la independencia de las tres repúblicas musulmanas y vecinas del yugo soviético. En abril de 1990, una revuelta popular cerca de la histórica ciudad de Kashgar dejó un saldo de 22 muertos, según fuentes oficiales (hasta 60, según fuentes occidentales).

Tras los ataques del 11-S, Beijing ha reforzado la represión con la excusa de la «lucha antiterrorista». China logró con el inestimable apoyo de EEUU que la ONU incluyera en su lista de «organizaciones terroristas» en la órbita de la red Al-Qaeda al Movimiento Islámico de Turkestán Oriental (ETIM).

Siempre según el Gobierno chino, esta región estaría bajo la amenaza constante de «terroristas que actúan a distancia» y de activistas que utilizan la herramienta de internet desde el extranjero.

El año pasado, y con motivo de la celebración de los Juegos Olímpicos en Beijing, más de 1.300 personas fueron detenidas y acusadas de poner en riesgo la seguridad del Estado.

Ello no impidió que se registraran varios atentados tanto en Xinjiang como en otras regiones limítrofes chinas, que Beijing no dudó en atribuir a la causa independentista uigur. El más grave tuvo lugar en Kashgar, en el extremo occidental de Xinjiang, donde un ataque contra una comisaría de policía se saldó con 17 muertos justo cuatro días antes del inicio de los Juegos.

GARA

internet

El Ejecutivo chino no pudo cerrar del todo el acceso a informaciones e imágenes provenientes de Xinjiang. Varias informaciones censuradas por las autoridades resurgieron horas después en sitios web desde fuera del país.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo