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Encierro mortal en Iruñea

Un muerto y tres heridos por asta en un encierro terrorífico

Daniel Jimeno Romero, de 27 años de edad y vecino de Alcalá de Henares, llegó al Hospital de Nafarroa con «heridas mortales de necesidad». Así lo indicaron los cirujanos que intentaron salvar la vida de este corredor, a quien un toro rezagado de la ganadería Jandilla le dio una cornada en el cuello que le seccionó la arteria aorta y la vena cava. El cadáver del corredor fallecido, que tiene vínculos familiares en Iruñea, será trasladado hoy a la localidad madrileña.

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Iñaki VIGOR | IRUÑEA

«Las heridas eran de gravedad mortal, por lo que no hemos podido hacer nada por su vida». Así lo comentó la cirujana torácica Esther Vila cuando compareció ante los medios de comunicación para informar de las heridas que presentaba Daniel Jimeno cuando llegó al Hospital de Nafarroa.

Este joven ya había sido atendido por los servicios de la Cruz Roja en el mismo lugar de la cogida, cerca de la Plaza de Toros, pero no consiguieron reanimarle. Inmediatamente fue trasladado a Urgencias del Hospital de Nafarroa, donde los médicos constataron que las heridas producidas por la cornada eran «de gravedad mortal».

De hecho, el asta le había entrado por el cuello con un trayecto descendente, que afectó a la aorta, la arteria más importante del cuerpo humano, y la vena cava, así como al pulmón izquierdo.

Estas heridas le provocaron una parada cardiorrespiratoria y «un aspecto completamente de vacío porque había sangrado muchísimo», según explicó el equipo de cirujanos que le atendió. «Las heridas han sido de tal severidad que el paciente ha entrado en parada cardiaca antes de llegar al hospital», informó Javier Sesma, jefe del servicio de Urgencias.

El cirujano vascular Leopoldo Fernández Alonso explicó que era difícil determinar cuál había sido el mecanismo de la cornada, «que ha ido rompiendo todo lo que ha encontrado». No obstante, indicó que, a la vista de la zona de entrada y su trayectoria descendente, «posiblemente el joven estaba tumbado». En una grabación captada por un aficionado en el momento de la cogida, junto al vallado de la zona próxima al callejón de acceso al redondel, se puede ver cómo Daniel Jimeno se encuentra agachado, rodeado de mozos que también intentan escapar del toro rezagado, ve claramente cómo se le acerca el morlaco y gira la cabeza para intentar esquivarlo, pero no puede evitar el empitonamiento.

El joven madrileño fue sacado por debajo del vallado por un voluntario de la Cruz Roja, en cuyo puesto se encontraba Maite Esporrín. La concejala que lanzó el chupinazo anunciador de los sanfermines es diplomada en Enfermería y, al igual que hacen otros ediles, había decidido colaborar como voluntaria en uno de los puestos sanitarios del encierro.

La cogida ocurrió cuando apenas pasaban dos minutos de las ocho de la mañana. Media hora después los médicos advirtieron de que su estado era «crítico», y a las 8.45 se confirmó su muerte. La noticia se difundió de inmediato por todos los medios, pero en las dos primeras horas hubo una gran confusión tanto sobre el lugar en que se había producido la cogida como sobre la identidad del fallecido.

En un primer momento se pensó que había sido en la Plaza del Ayuntamiento, donde el toro colorado había lanzado derrotes contra varios mozos que buscaban protección en el vallado. Cuando ya se confirmó que la cornada mortal había sido en el tramo entre el final de Estafeta y la Plaza de Toros, surgió el problema para identificar al corredor fallecido, ya que llegó al Hospital sin ningún documento identificativo.

Gran aficionado a los encierros

El cadáver del joven alcalaíno fue trasladado al Instituto Anatómico Forense, mientras un equipo de forenses y policías se encargó de cotejar las huellas dactilares para intentar determinar su identidad.

Yolanda Barcina y Miguel Sanz se trasladaron al Hospital de Nafarroa en compañía de la consejera de Salud, María Kutz. El presidente del Gobierno comentó que el corredor fallecido era un gran aficionado a los toros y que corría los encierros de varias localidades del Estado español, aunque él había manifestado que donde más le gustaba correr era en Iruñea.

Diversas fuentes confirmaron que a Daniel Jimeno, trabajador de la empresa Suministros Laguardia, le encantaba correr en los encierros y que, además de acudir todos los años a los de Iruñea, también asistía a los de la localidad madrileña de San Sebastián de los Reyes.

Cerca de la Plaza

La cogida se produjo a medio centenar de metros de la Plaza de Toros. Miembros de la Cruz Roja le sacaron por debajo del vallado y le trasladaron al Hospital de Nafarroa, a donde llegó en «estado crítico». A las 8.45 se comunicó su muerte.

Arteria aorta

El corredor fallecido, residente en Alcalá de Henares y con vínculos familiares en Iruñea, sufrió una cornada en el cuello que le afectó a la arteria aorta, a la vena cava y al pulmón. Llegó al Hospital de Nafarroa con parada cardiorrespiratoria.

Una concentración le recordó ayer en Alcalá

Una nutrida concentración silenciosa recordó ayer por la tarde en Alcalá de Henares a Daniel Jimeno, convocada por la peña festiva Puerta de Alcalá, de la que era miembro fundador e integrante de la junta directiva. Los miembros de la peña acudieron a la concentración, realizada en la Plaza de Cervantes, vestidos con los blusones de fiesta. Daniel Jimeno, conocido por sus vecinos y amigos como «El nenuco», jugó durante bastantes años de lateral izquierdo en el Club Deportivo Miralvalle, donde ayer le recordaban como «un chico muy querido». En la actualidad vivía con sus padres, Juan y María del Carmen, en el barrio alcalaíno de Reyes Católicos.

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Fue identificado por su novia y por su madre, que sufrió un desvanecimiento

Desde el momento en que se difundió la noticia de la cogida mortal en el encierro de ayer, la gran incógnita fue la identidad del corredor fallecido. Las autoridades sanitarias de Nafarroa hicieron públicos algunos datos que permitieran dar pistas a sus familiares o conocidos. En concreto, se dijo que el joven muerto tenía entre 25 y 30 años de edad, que tenía grabado en su brazo derecho un tatuaje de un indio americano y que llevaba un anillo con la inscripción «Cris. 25-11-2003».

Estos escasos datos, difundidos en torno a las nueve de la mañana, permitieron que un par de horas más tarde pudiera ser identificado por su madre y su novia Cristina, a cuyo nombre hace referencia la inscripción en la alianza que llevaba Daniel Jimeno. Ambas mujeres llegaron sobre las 11.20 al Hospital de Nafarroa. Nada más entrar, y visiblemente afectada, la madre sufrió un ligero desvanecimiento y hubo de ser atendida por unas enfermeras.

Posteriormente fue sentada en una silla de ruedas y conducida por el interior del edificio, junto con la joven que le acompañaba, hasta el pabellón del Instituto Anatómico Forense donde le habían realizado la autopsia. Varios testigos señalaron que preguntaba de forma reiterada por su hijo, a quien finalmente pudo identificar. La novia de Daniel Jimeno, visiblemente afectada, sólamente pudo decir que «era un chico muy querido».

Daniel Jimeno había llegado a Iruñea el pasado día 3 junto con sus padres, su novia y unos tíos para pasar los sanfermines, tal como solían hacer en años anteriores. A pesar de residir en Alcalá de Henares, el joven fallecido tenía vínculos familiares en la capital navarra, ya que sus abuelos paternos viven en el barrio de Donibane y su padre también nació en Iruñea.

Juan A. Jimeno, que también se encontraba en Iruñea, sabía que su hijo iba a correr el encierro de ayer y estuvo viendo la carrera en directo por televisión. En un primer momento no identificó a su hijo entre los cuatro corredores que habían sido corneados por «Capuchino», pero más tarde, al ver que tardaba en regresar a casa y conocer los datos que se difundieron sobre su identidad, se temió lo peor. Más tarde le confirmaron el fallecimiento de su hijo.

En la misma mañana de ayer, los familiares más directos del joven fallecido expresaron su deseo de trasladar su cuerpo a Alcalá de Henares en cuanto tuvieran la conformidad del médico forense.

A primeras horas de la tarde un coche fúnebre trasladó el cadáver de Daniel Jimeno al tanatorio San Alberto, en el barrio Donibane, por donde pasaron numerosas personas a expresar sus condolencias a los familiares. El féretro con los restos del joven muerto será trasladado hoy mismo a la localidad madrileña en que residía, donde se celebrarán los funerales. I. V.

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