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LIQUIGAS El equipo italiano ha decidido que sus dos apuestas para el futuro centren todo el año en el Tour tras su buen debut del 2008

Dos jóvenes que comparten amistad, liderato y objetivos

Kreuziger y Nibali estuvieron entre los mejor parados de las dos cronos, no dan importancia al tiempo perdido en Arcalis y aspiran a acabar en el Top 10.

Joseba ITURRIA | SAINT GIRONS

Aunque en el primer final en el alto de Ordino Arcalis perdieron más tiempo del deseado, los líderes del Liquigas, Vincenzo Nibali y Roman Kreuziger, hacen un balance positivo de la primera semana del Tour y reiteraban ayer en Andorra a GARA su intención de aspirar a acabar la general entre los diez primeros.

El italiano apuntaba que «en la crono estuvimos con los mejores. La etapa de Ordino era muy larga, con una subida dura y perdimos un tiempo, pero no es importante. Estamos bien y el objetivo es acabar entre los primeros diez de la general». En la misma línea Kreuziger también restaba relevancia al tiempo perdido: «No me encontré bien en la subida final, pero no perdí mucho y espero mejorar y acabar entre los diez primeros».

Y es que parecen almas gemelas. Habla uno y se puede escuchar al otro. Nibali tiene 24 años y en su primera grande en el 2007 acabó 19º el Giro. El año pasado fue 11º en el Giro y 20º el Tour tras vestir el maillot blanco varios días. Kreuziger cumplió en mayo 23 años y es la perla que Liquigas cuida desde que lo fichó tras ganar en el 2004 en Verona el oro en el Mundial junior en línea y la plata en la crono. Aunque obtiene sus mejores resultados en Suiza -el año pasado ganó la Vuelta a Suiza y fue segundo en Romandia, prueba que ganó este año-, acabó en el 2007 su primera grande en la Vuelta con 21 años y en la segunda fue 12º en el Tour.

El buen debut de ambos les ha hecho centrar su calendario en el Tour. Nibali recuerda que «es el primero que prepararé como objetivo porque el año pasado hice el Giro y el Tour se me hizo largo. Salía con la intención de buscar etapas y me encontré haciendo la general y ha sido una gran experiencia para mí. Entiendo que es una carrera que me conviene más que el Giro, donde las subidas son más cortas y duras, es para corredores muy explosivos. En el Tour las subidas son más largas, con pendientes menos acentuadas y me van mejor. Estoy muy contento porque vestí el maillot blanco al mejor joven y este año volveremos a luchar por él».

El podio... o los diez primeros

«Yo quise vestirlo cuando lo perdió, pero Andy Schleck estaba muy fuerte. Aunque no le doy importancia al maillot, sí a entrar entre los diez primeros y a dar un salto cada año», le interrumpe Kreuziger en la charla mantenida con GARA: «El año pasado fui a coger experiencia tras ganar en Suiza, los diez primeros días la general no era un objetivo, pero me vi bien».

Los dos son ambiciosos, sobre todo Nibali al manifestar que «el Tour es una carrera muy importante, es nuestro objetivo y, aunque sea difícil, aspiramos al podio». «No le hagas ni caso. Borra eso», se escandaliza Kreuziger. El italiano añade que «es una ambición, un sueño, estamos andando muy fuerte y mí ambición es máxima. No será fácil, pero mejor pensar así. Hay que apuntar a él. ¿Por qué no apuntar a un objetivo tan alto?».

Kreuziger le reprende: «Entre los primeros diez podemos entrar y una cosa es el objetivo y la segunda conseguirlo representando nuestra escuadra, con una buena lucha...», y consigue que Nibali acepte marcar el Top 10 como objetivo primero.

En la charla demuestran una buena relación que nada tiene que ver con lo que se vive en Astana entre los dos líderes. No sólo hacen el calendario juntos y comparten habitación. Quedan fuera de competición y es habitual que duerman en la casa del otro cuando se disputa una carrera cerca de ella. Esa buena relación se convierte en sintonía. «Estamos de acuerdo siempre, hablamos en carrera y nos llevamos muy bien y es importante para el equipo», dice Nibali.

Kreuziger lo confirma y apunta que «si uno está mejor hará la general y el otro no tendrá ningún problema en ayudarle. No puede haber problemas entre nosotros. Y si estamos los dos bien al final, seguiremos el ritmo en la subida, entonces no hay que trabajar para el otro».

Nibali recuerda que «el año pasado estaba muy fuerte en las primeras dos semanas, mejor que él porque venía del Giro, y cuando en la tercera semana bajé mi nivel me puse a su disposición». Destacan que no sólo hay buen ambiente entre ellos, también dentro del equipo y por eso esperan que Liquigas siga cuando acaben su contrato en el 2010 o, en caso contrario, desean buscar una salida juntos.

Nibali destaca que «el ambiente en el equipo es muy bueno, no sólo entre nosotros, también con los directores, los mecánicos, se crea un relación muy familiar entre todos».

Kreuziger añade que «si vas a una carrera y no hay buen ambiente es difícil hacerlo bien. Cuando nos juntamos por vez primera en diciembre estoy contento de volver a ver a los demás. Me gustaría seguir juntos. Todos somos amigos y hablamos en italiano. Ves otros equipos y hablan inglés, español, italiano, ruso y no se ponen de acuerdo. Si no sigue Liquigas me gustaría seguir con el máximo de gente de este equipo».

El Tour para un equipo italiano

Es raro que los dos corredores con más futuro de un equipo italiano hayan descartado el Giro y centren todo el año en el Tour. Kreuziger explica que «en Liquigas somos 28 corredores, la mitad italianos y la mitad extranjeros. El Giro era un objetivo con Pellizotti y Basso, pero el Tour es muy importante y es la carrera que preferimos los extranjeros del equipo y Vincenzo porque es el mayor exponente del ciclismo. La escuadra le da mucha importancia e hicimos una concentración en altura en San Pellegrino para prepararlo. Es nuestro máximo objetivo».

Nibali responde que «para los italianos el Giro es lo principal, aunque el Tour es más importante por la publicidad y por la televisión. Pero el Giro es muy importante. Contador y Menchov lo han ganado y es una carrera muy difícil». Kreuziger apunta que «para la imagen de los corredores, todo el mundo mira el Tour. El Giro sólo es importante para los italianos».

A Kreuziger también le sirvió el Tour para ver que puede ser su carrera: «Me encontré mejor que en la Vuelta y sí pienso que será mi objetivo para el futuro, pero con paciencia y tiempo».

Junto al Tour, Kreuziger se había marcado el Tour de Romandía como su mayor objetivo del año y lo ganó. Nibali tampoco quiere limitarse a disputar las grandes y destaca que «me gustan las clásicas. No soy muy veloz y es difícil que gane alguna al sprint, pero mi objetivo para el futuro es la Lieja».

A la hora de buscar la clave a sus buenas cronos, los dos coinciden al destacar el trabajo realizada por Liquigas con su posición en la bicicleta para mejorar la aerodinámica, aunque Kreuziger se marca la asignatura de mejorar en las cronos largas. Y es que los dos opinan igual y hasta comparten la afición por la velocidad: «Nos gustan los coches y él tiene una moto y un coche», apunta Nibali. La pregunta es obligada. ¿Te deja el equipo andar en moto? «Tengo la moto...», responde Kreuziger.

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