Luis León Sánchez se impuso en Saint Girons en la octava etapa del Tour al aprovechar el esfuerzo de Mikel Astarloza y Sandy Casar, que junto con Alexander Efimkin fueron los más fuertes de la escapada del día que consiguió aventajar en meta en dos minutos a un amplio pelotón en el que estaban todos los favoritos y el líder Rinaldo Nocentini.

El ciclista murciano del Caisse d'Epargne ampliaba su racha triunfal en una temporada en la que ha ganado las generales del Tour del Mediterráneo y la París Niza y sumaba su segundo triunfo de etapa en el Tour tras el logrado el año pasado.

Pero lo hizo de una forma indigna para un corredor que tiene tanta calidad y recursos para obtener triunfos. En el último puerto y en los kilómetros finales negó reiteradamente el relevo a Mikel Astarloza, que junto a Sandy Casar asumió toda la responsabilidad para intentar neutralizar a Vladimir Efimkin.

Ellos cuatro fueron los supervivientes de la fuga del día que se gestó en una parte inicial preciosa por la batalla desatada con el ataque en el primer puerto de Envalira de Casar y respuesta por detrás de corredores como Evans, Hushvod, Egoi Martínez o Cancellara. La presencia del australiano obligó a Astana a asumir la responsabilidad y consiguieron que la mitad de los fugados fueran atrapados.

A la otra mitad se unieron corredores como Luis León Sánchez y Mikel Astarloza, que junto con Sandy Casar y Efimkin encontraron la oportunidad de buscar un triunfo de etapa y de recortar diferencias con respecto a los favoritos en busca de una plaza entre los primeros de la general. El ruso del Ag2R aprovechaba el liderato de Nocentini para ir a rueda toda la etapa hasta que en la parte final lanzó un duro ataque después de que Mikel Astarloza lo intentara. Pareció que el sanpedrotarra llegó a un pacto con Luis León Sánchez para que no saltara a por él, pero hasta eso le sirvió para economizar esfuerzos.

Cuando vio con seguridad que la fuga llegaba empezó a trabajar menos y tras el salto de Efimkin dejó todo el trabajo a Casar y Astarloza. Cuando el pasaitarra le pedía el relevo se lo negaba, hasta que llegó un momento en el que parecía que el ruso iba a llegar y el murciano demostró que tenía más fuerzas de las que trataba de aparentar y se impuso en la línea de meta a Casar y Astarloza. Una pena porque el líder del Euskaltel hizo muchos méritos para ganar y también el de La Française, que era el que tenía menos fuerza tras ser el primero en escaparse y, aun así, relevó hasta el final.

Fuera de control de Koldo

A la mala noticia para Euskaltel de volver a ver que un triunfo por el que peleaba se esfumaba, se sumó el fuera de control de Koldo Fernández de Larrea. Estaba tocado desde la caída que sufrió cuando buscaba el sprint en la segunda etapa sin poder descansar por las secuelas del golpe y llegó a meta en solitario a 46 minutos del ganador, 12 después de los últimos clasificados. Deja su primer Tour de forma triste y también Pereiro abandonó en la antesala de la última etapa pirenaica que presenta la subida al Tourmalet, con fiesta euskaldun incluida, a 70 kilómetros de la meta de Tarbes.