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Algunas cimas blancas se salvan, de momento

El Parlamento de Gasteiz ha dado una tregua, por lo menos hasta el 2010, a las cimas de los montes de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, paralizando todos los proyectos eólicos. En Nafarroa, la situación es bien distinta. Los parques eólicos siguen siendo la estrella de las renovables.

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Zuriñe ETXEBERRIA

Amediados del mes de junio el Parlamento de Gasteiz aprobó por unanimidad suspender la tramitación administrativa de los más de una docena de proyectos de parques eólicos actualmente en curso en la CAV. Todos los grupos de la Cámara han exigido que para antes del final de este año se inicie la elaboración del segundo Plan Territorial Sectorial de la energía eólica. En este segundo PTS tendrán que incorporar todas las novedades ambientales y tecnológicas desarrolladas durante estos años, con objeto de garantizar la salvaguarda del patrimonio natural y paisajístico de los tres herrialdes. Además, este segundo PTS se integrará junto con el desarrollo de otras energías renovables, dentro de la estrategia energética vasca que se tiene que revisar en el año 2010, donde jugarán un papel fundamental.

El colectivo ecologista Eguzki, ante la suspensión de las centrales en tramitación, anima a Lakua a «enfrentarse con la verdadera labor que tiene por delante». Entre esas tareas se encuentran la revisión de las Directrices de Ordenación del Territorio y la redacción de un «verdadero» PTS de la energía como marca su propia legislación. En la actualidad, las DOT no hacen ninguna referencia explícita a la construcción de este tipo de parques y aconsejan, además, que se elabore un único PTS que sea eficaz en la coordinación de la actividad de las diferentes sociedades energéticas actuantes.

Para todo ello, Eguzki insta a que se forme un debate abierto «sin apriorismos» que permita lograr un consenso social lo más amplio posible sobre un «elemento central del desarrollo de las sociedades modernas como es la energía». Anteriormente, este mismo grupo ecologista ya había mostrado su sorpresa en varias ocasiones por el «empecinamiento» por llevar adelante proyectos de centrales eólicas en lugares protegidos dentro de la Red Natura 2000, como por ejemplo, los proyectos eólicos de Gazume en Gipuzkoa o Arkamo, Montes de Iturrieta y Cruz de Alda en Araba.

La Red Natura 2000 es una red ecológica que tiene como objetivo asegurar la supervivencia, a largo plazo, de las especies y los hábitat más amenazados de todo Europa y que nació con la aprobación de la Directiva de Hábitats en mayo de 1992. Con esta red se quiere contribuir a detener la pérdida de biodiversidad ocasionada por el impacto adverso de las actividades humanas. Asimismo, es el principal instrumento para la conservación de la naturaleza en la Unión Europea. Consta de Zonas Especiales de Conservación designadas de acuerdo con la Directiva Hábitat, así como de Zonas de Especial Protección para las Aves establecidas en virtud de la Directiva Aves.

Cada Estado miembro es el responsable para redactar un proyecto de lista de Lugares de Importancia Comunitaria (LIC) que incluyan los lugares que alberguen uno o varios tipos de hábitat naturales prioritarios o una o varias especies prioritarias. Acto seguido, se debe redactar un Plan de Gestión para fijar las medidas de conservación necesarias a los lugares y las apropiadas medidas reglamentarias, administrativas o contractuales, que respondan a las exigencias ecológicas. De esta manera, los Lugares de Importancia Comunitaria son designados como Zonas Especiales de Conservación (ZEC) junto con las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA). Así, estas dos zonas conformarán la Red Ecológica Europea denominada Red Natura 2000. En Araba, Bizkaia y Gipuzkoa ya existe una lista de LIC y ZEPA, pero todavía no se ha elaborado ningún Plan de Gestión para que esos lugares sean considerados como Zonas Especiales de Conservación.

Tras la decisión de suspender los proyectos de parques y miniparques eólicos queda en el aire qué pasará con las empresas a las que ya se les había adjudicado la construcción de alguna de las centrales. Si después de que se elabore otro PTS se decide no levantar los molinos cabe la posibilidad de que las empresas exijan los costes que han tenido que acarrear realizando estudios de la construcción de los parques, por ejemplo. El Departamento de Industria aceleró, en marzo, la tramitación de los proyectos de Jesuri en Orozko y Jata en la cima que separa los municipios de Bakio, Maruri y Mungia, antes de la llegada del Ejecutivo socialista al poder. Estas dos iniciativas se encontraban paralizadas desde hacía más de dos años y contaban con el rechazo de las Juntas Generales de Bizkaia.

Pros y contras de los molinos

Dicen que nunca llueve a gusto de todos y así, las centrales eólicas, como no podía ser de otra manera, generan ventajas, pero de la misma manera, también, crean grandes inconvenientes. El Plan Territorial Sectorial de la Energía Eólica de la CAV recoge varios efectos positivos de esta energía renovable. Entre otras cosas se menciona que este tipo de centrales no contribuye al agotamiento de reservas de combustibles fósiles y es, en consecuencia, inagotable. Además, hacen hincapié en que los molinos no generan ningún tipo de residuos que necesiten un tratamiento posterior como sucede por ejemplo con las centrales nucleares. Otro de los pros que los impulsores de los parques eólicos citan es que al no abarcar una «gran superficie» es totalmente compatible con otras actividades como pueden ser la agricultura o la ganadería.

Para la plataforma Mendiak Aske, sin embargo, la situación es bien diferente y los motivos por los que se posicionan en contra de que se implanten molinos de viento en las cimas de los montes no son pocos. «Cada árbol purifica 32 kilos de ozono al año y es capaz de absorber el CO2 de un vehículo que recorre 20.000 kilómetros. Teniendo en cuenta que el terreno afectado por una central eólica es de unas 25 hectáreas», la plataforma Mendiak Aske está convencida de que «esta industria colocada en los montes destruirá sin remisión la calidad ecológica del conjunto provincial» afectando directamente a los hábitat. Los aerogeneradores de una central pueden llegar a medir -como sería en el caso de Arkamo- hasta 123 metros de altura de la base de la torre a la punta de la pala. De la misma manera requieren la excavación de un agujero de unos 500 metros cúbicos que hay que rellenar con cemento armado, además de los caminos que hay que abrir para la conexión de un aerogenerador a otro y la necesidad de una red eléctrica aérea o soterrada. Mendiak Aske califica esta energía de «deficitaria» y opinan que por eso se subvenciona con dinero público, beneficiando así a las empresas privadas.

Energía «estrella» en Nafarroa

En la actualidad, son miles los molinos que giran impulsados por la inagotable fuerza del viento en Nafarroa, y estos aerogeneradores están repartidos en 40 centrales. El Gobierno Foral bautiza a esta energía como la «estrella» de las renovables en su Plan Estratégico horizonte 2010 «por su gran capacidad de aportación». El Plan de Energías Renovables 2005-2010 del Estado español fija un crecimiento de la potencia instalada en Nafarroa para el año que viene hasta los 1.400 MW.

En consecuencia, los montes de Euskal Herria, están sufriendo un grave impacto paisajístico; destrucción de cubierta vegetal; pérdida de biodiversidad, por la brutal transformación de los montes; o afección a la avifauna sedentaria y migratoria, por la mortandad que producen los aerogeneradores y tendidos eléctricos. Y hay que tener en cuenta, que estas cumbres forman, en su conjunto, uno de los principales valores paisajísticos que caracterizan al territorio.

proyectos

de centrales eólicas han quedado paralizados en la CAV tras la suspensión que anunció el Parlamento de Gasteiz a mediados de junio.

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