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Los estadounidenses y el gobierno capean la crisis engordando su deuda

Los estadounidenses hacen frente a sus gastos corrientes a golpe de tarjeta de crédito, mientras la crisis hace imposible ponerse al día y el endeudamiento bate récords. La deuda nacional tampoco se queda atrás, y representa ya más de 37.000 dólares por habitante.

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Reuters-AP

Tom Raum

E l creciente desempleo y la contracción de la economía de Estados Unidos han hecho que la mora en deudas de tarjetas de crédito y préstamos hipotecarios registraran su nivel máximo durante el primer trimestre de 2009, cuando un número récord de consumidores cortos de efectivo se retrasó en sus pagos.

La morosidad sobre el valor total de la deuda relacionada con las tarjetas de crédito ascendió a una cifra récord del 6,60%, frente al 5,52% registrado en los últimos tres meses de 2008, ya que más titulares de tarjetas dependieron de ellas para financiar gastos diarios, según la Asociación de Banqueros Estadounidenses (ABA, en sus siglas en inglés).

Los retrasos en los pagos de los préstamos para vivienda subieron al 3,52%, desde el 3,03%, y en las líneas de crédito para vivienda la cifra se elevó al 1,89% desde el 1,46%.

Un indicador más amplio que registra los atrasos en los pagos de ocho categorías de préstamos subió por cuarto trimestre consecutivo a un nuevo máximo del 3,23%, frente al 3,22%. Esa cifra, además, subestima los problemas del consumidor, ya que excluye a las tarjetas de crédito.

«El factor más grande es la pérdida de empleos», explica en este sentido el economista jefe de ABA, James Chessen. «Cuando la gente pierde sus empleos o trabaja menos horas, se les hace más difícil cumplir con sus obligaciones. Desafortunadamente, vamos a ver más pérdidas de empleos el año que viene y yo espero una morosidad mayor», agrega.

Aunque los avances en los mercados de capitales podrían disminuir las tasas de mora en algunas de las principales entidades financieras del país, los analistas esperan que prestamistas como Bank of America, JPMorgan Chase & Co, Citigroup, Capital One Financial y American Express, sufran más pérdidas de créditos, especialmente en tarjetas.

Los deudores estadounidenses se han visto presionados, ya que la tasa de paro de este país ha alcanzado un 9,5%, su nivel más alto en 26 años, con la desaparición de 6,5 millones de empleos desde el inicio de la recesión en diciembre de 2007.

El Gobierno de Barack Obama espera que la tasa de desempleo alcance los dos dígitos antes de empezar a disminuir.

Los consumidores estadounidenses terminaron marzo con 939.600 millones de dólares en líneas de créditos pendientes, una aproximación cercana a las deudas en tarjetas de crédito según los datos de la Reserva Federal.

«Los consumidores tienden a depender de las tarjetas de crédito como un puente para cubrir sus necesidades diarias hasta que encuentren un nuevo empleo», apunta Chessen. El problema es que «se están demorando en encontrar esos empleos», agrega.

La tasa general de morosidad de la ABA cobija préstamos directos e indirectos para automóviles, casas, reformas de viviendas, barcos, caravanas, créditos personales y préstamos para vehículos recreativos.

El estado no se queda atrás

Los fundadores de Estados Unidos dejaron un legado que no se suele celebrar cada 4 de julio cuando llega el Día de la Independencia, pero que sí afecta a todo el país: la deuda nacional. Estados Unidos se endeudó por primera vez para pagar por su guerra de independencia. Desde entonces, la deuda no ha parado de crecer y hoy llega a 11,5 billones de dólares o, lo que es lo mismo, más de 37.000 dólares por cada habitante del país.

Además, la montaña crece a proporciones de un billón de dólares por año. Esta montaña podría con facilidad convertirse en la próxima crisis económica si Washington no toma medidas, advierten los economistas.

«A menos que mostremos un compromiso fuerte con la sustentabilidad fiscal en el largo plazo, no vamos a tener ni estabilidad financiera ni un crecimiento económico saludable», dijo hace poco al Congreso el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke.

Al tesoro le cuesta cada vez más encontrar nuevos prestamistas

Los pagos de intereses de la deuda de EEUU por sí solos costaron 452.000 millones de dólares el año pasado y fueron el renglón más abultado de gastos después de los seguros de salud Medicare y Medicaid, la seguridad social y la defensa nacional. La deuda está desplazando con rapidez a otros gastos del gobierno y al Tesoro le cuesta cada vez más encontrar nuevos prestamistas.

El país tuvo un balance negativo por primera vez en 1790, cuando se hizo cargo de 75 millones de dólares en deudas de guerra acumuladas por el Congreso Continental. Alexander Hamilton, el primer secretario del Tesoro, dijo: «Una deuda nacional, si no es excesiva, será para nosotros una bendición nacional». Desde entonces, el país sólo estuvo libre de deudas entre 1834 y 1835.

En las últimas décadas, creció fuertemente, excepto entre 1998 y 2000, cuando hubo superávit en los presupuestos, en parte debido a una economía sobrecalentada.

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