El viernes Euskal Telebista comenzó a ofrecer por vez primera en su historia las etapas del Tour en directo en una decisión política tomada por la nueva dirección elegida por los partidos españolistas que, pese a ser minoría en las urnas, han logrado la mayoría en Gasteiz para tener el poder en la CAV al anular los votos de una parte importante de la sociedad.

El cambio en ETB no se limita a una nueva línea informativa o ideológica o al patético mapa del tiempo. El viernes comenzaba a emitir etapas del Tour tras un acuerdo alcanzado con TVE, que es la que tiene los derechos de la carrera desde que empezó a emitirla a finales de la edición de 1983, la del debut de Reynolds con Arroyo y Delgado.

Desde entonces TVE se había negado a ceder los derechos a ETB para emitir la prueba en directo en las ocasiones en las que lo había intentado. La última, el pasado año. ETB tenía los derechos en exclusiva para el Estado español del Giro y, como Contador se encontraba en disposición de ganarlo, TVE solicitó la cesión de las imágenes para las últimas etapas. A cambio no sólo no pagó cantidad alguna, sino que se negó a ceder imágenes del Tour, tal como quería ETB, que como única contraprestación recibió las de los Mundiales de Varese, que no tenían mayor interés porque la presencia de corredores vascos se reducía a categorías inferiores o a las féminas.

Lo más sorprendente es que la decisión política que ha llevado a dar imágenes del Tour de manera improvisada, -en la séptima etapa, sin promoción adecuada, con comentarios desde los estudios de Bilbo y sin mandar a la prueba a ningún narrador- es que el acuerdo con TVE no es por un intercambio de imágenes. ETB pagará mucho dinero por dar sólo catorce etapas del Tour de manera simultánea, pero con muchos menos medios que la televisión estatal.

El dineral que se paga por la cesión de esas imágenes para sólo dos semanas rompe con la política de austeridad económica que trasmitía ETB a todas las organizaciones y clubes vascos que acudían a ella para conseguir ingresos directos o indirectos a través de la difusión por televisión de sus pruebas o partidos.

No había dinero para satisfacer las necesidades de pruebas como la Euskal Bizikleta, una histórica que ha tenido que desaparecer, o para apoyar con dinero o con retransmisiones a otras entidades vascas y se destina para llegar a un acuerdo ventajoso para TVE. Como el del año pasado. El cambio en EITB y el acercamiento a Madrid provocará que el dinero que se debía destinar en tiempos de crisis a las organizaciones y clubes vascos salga a otro destino.

Y habrá que esperar qué decisión política se toma sobre el futuro del Euskaltel-Euskadi cuando acabe su contrato con las instituciones en el 2010. A partir de ahí, el Ejecutivo presidido por Patxi López deberá tomar una decisión.