San Fermin 2009
Encierro rápido y sin percances graves con toros de Fuente Ymbro
El séptimo encierro de los sanfermines fue muchísimo más tranquilo que el del día anterior, tanto en número de corredores como en lo que se refiere a heridos. Los toros de la ganadería de Fuente Ymbro realizaron prácticamente agrupados todo el recorrido y en ningún momento hicieron amago de lanzar derrotes. Sólo hubo tres heridos por contusiones.
Iñaki VIGOR |
Minutos antes del comienzo del encierro de ayer todavía se seguía hablando de las espeluznantes imágenes del día anterior, cuando un miura se cebó en el callejón de la plaza de toros con un corredor de Iruñea y le produjo heridas muy graves. Sin embargo, el encierro de ayer fue completamente distinto, ya que ni hubo corredores empitonados ni se vivieron momentos de especial riesgo.
La manada salió de los corrales de Santo Domingo rápida y compacta, y así se mantuvo a lo largo de casi todo el recorrido. En este tramo inicial los cabestros se pusieron por delante, y el primer contacto con los mozos que bajaron al encuentro de los astados se produjo sin percances de importancia.
Tres mozos fueron arrollados por la velocidad de la manada y precisaron curas por parte de la Cruz Roja, y otro más recibió atención médica pero no hubo de ser trasladado al hospital.
Al final de la cuesta de Santo Domingo los bureles fueron aumentando la velocidad y un toro se adelantó a los mansos en el último tramo, abriendo hueco con el resto de la manada. Esta situación se mantuvo al paso por la Plaza del Ayuntamiento y la calle Mercaderes, sin que ninguno de los toros se fijase en los corredores. Aun así, tres mozos sufrieron diversas contusiones, e incluso uno de ellos hubo de ser hospitalizado.
Ese primer toro adelantado fue aminorando su velocidad al llegar a la curva de la calle Estafeta, donde todos los astados quedaron de nuevo agrupados. En este tramo fue evidente el menor número de «corredores-espectadores» con respecto a los dos días anteriores.
Nada más iniciar el ascenso de la Estafeta la manada comenzó a estirarse, con toros y cabestros corriendo de dos en dos y formando una bonita estampa. Eso sí, apenas dejaron huecos entre unos y otros, lo que no permitió que los corredores habituales pudieran colocarse delante de las astas.
Conforme avanzaba la carrera por la Estafeta fueron abriéndose algunos huecos, y a partir de la mitad de la calle fue cuando se vieron las carreras más bonitas. En ese tramo un mozo fue arrollado por los veloces toros y pisoteado, lo que le provocó contusiones que requirieron atención hospitalaria. Unos metros más adelante resbaló uno de los bureles y quedó algo rezagado para el resto del encierro, junto con otro de sus hermanos.
Al salir de la calle Estafeta y llegar a Cortes de Navarra, tres toros y los cabestros se situaron en cabeza, seguidos a escasa distancia por otro que finalmente se unió a ellos, y cerrando el grupo los dos toros ligeramente rezagados. En este tramo otro corredor resultó contusionado y, tras una primera cura, fue trasladado al hospital.
Después de pasar sin problemas el tramo del callejón, los cuatro primeros morlacos llegaron juntos al redondel y se dirigieron directamente a los chiqueros. Unos segundos después llegaron los dos retrasados, que tampoco hicieron caso de los estímulos del mocerío.
Este penúltimo encierro tuvo una duración de dos minutos y veinte segundos, uno de los más rápidos de estos sanfermines.
Dos seguían hospitalizados
Tres corredores fueron trasladados al hospital tras el encierro de la ganadería de Fuente Ymbro, y uno de ellos, vecino de Palazuelos de Ledesma (Segovia) fue dado de alta ayer mismo.
Por la tarde continuaba ingresado en el Hospital de Nafarroa I.A.B., de 29 años y residente en Villamediana de Iregua (La Rioja), que sufrió un politraumatismo y contusión pulmonar, de pronóstivo reservado.
En el hospital Virgen del Camino seguía ingresado D.G.D., de 35 años y natural de Leganés, que sufrió contusiones en la espalda y pierna derecha, de pronóstico leve.
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A partir de la mitad de la calle Estafeta se fueron abriendo pequeños huecos entre los bravos y los mansos, lo cual fue aprovechado por los corredores habituales para introducirse y buscar asta.
La manada salió de los corrales de Santo Domingo encabezada por los mansos y agrupada. Así se mantuvo a lo largo de toda la cuesta, sin fijarse en ningún momento en los mozos que salían al paso.
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En el callejón se produjeron algunos trompicones y caídas, pero sin mayores complicaciones. La manada llegó dividida en dos grupos, con cuatro toros por delante y dos rezagados unos cuantos metros.
Al llegar a la Plaza del Ayuntamiento un morlaco se situó en cabeza del grupo, abriendo hueco con los demás astados hasta llegar a la curva de la calle Mercaderes con Estafeta, en que se volvió a unir.
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Los astados entraron al redondel en dos grupos pero su comportamiento fue idéntico, ya que enfilaron directamente hacia los chiqueros sin hacer caso de los estímulos de los mozos que estaban en la arena.
El acceso a la Estafeta fue limpio y sin percances. Los toros salieron estirados, de dos en dos, aceleraron el paso y arrollaron por velocidad a un corredor, al que luego le pisoteó la manada.
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fueron trasladados al hospital para ser atendidos de diversas contusiones, y uno de ellos fue dado de alta ayer mismo. Los otros dos no presentaban heridas de gravedad.