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El profesor que se lanzó a escribir tras jubilarse

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OBITUARIO

Lugar: Nueva York. > Fecha: 19 de julio de 2009. > Obras más destacadas: «Las cenizas de Ángela», «Lo es», «El profesor», «Un par de sinvergüenzas», «Ángela y el Niño Jesús».

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Frank McCourt, el autor de «Las cenizas de Ángela», falleció el pasado domingo en Nueva York a los 78 años de edad a consecuencia de una meningitis. Su hermano Malachy confirmó que McCourt falleció en la clínica para enfermos terminales donde se encontraba. El autor, de origen irlandés, estaba siendo tratado además de un melanoma, el cáncer de piel más severo. «Sus facultades se están apagando. No se espera que sobreviva», dijo el pasado viernes Malachy.

El escritor, un antiguo profesor de lengua y literatura que dio clases en el sistema público de enseñanza de Nueva York, saltó a la fama con «Las cenizas de Ángela» (1996), su primer libro, en el que narra sus memorias sobre la pobreza en la que vivió en EEUU e Irlanda durante su niñez, con el que ganó el premio Pulitzer.

Al jubilarse, McCourt se lanzó a la escritura junto a su hermano Malachy y juntos concibieron la especie de comedia autobiográfica «Un par de sinvergüenzas», que se estrenó en Nueva York en 1984, además de «Los irlandeses, y cómo llegaron a ser como son». Fue, sin embargo, «Las cenizas de Ángela» el libro que lo encumbró como autor y por el que, además del Pulitzer a la mejor biografía, recibió también el premio de la Crítica y el Libro del Año en Estados Unidos. Esa obra fue traducida a una treintena de idiomas e incluso se adaptó al cine, en una película dirigida por Alan Parker, y que protagonizaron Emily Watson y Robert Carlyle.

McCourt publicó en 1999 «Lo es», la segunda parte de sus memorias, que arranca con su regreso a Nueva York, a los 19 años, novela a la que siguió «El profesor», en 2005, y dos años después «Ángela y el Niño Jesús», un relato navideño para niños.

Recordado en Irlanda

Irlanda recordó ayer la figura de Frank McCourt quien, tras nacer en EEUU, regresó a Limerick con sus padres irlandeses, donde la familia cayó presa de la extrema pobreza.

«Como profesor en Nueva York animó a sus estudiantes a amar la literatura y la escritura creativa y, como escritor, era un maestro en el arte de contar historias», afirmó hoy el ministro irlandés de Cultura, Martin Cullen. «Superó adversidades e infortunios desde temprana edad -recordó Cullen-, hasta encontrar su sitio en el mundo y, en ese proceso, inspiró a mucha, mucha gente, estudiantes, amigos y lectores». En declaraciones a los medios, el alcalde de Limerick, Kevin Kiely, se declaró «profundamente apenado», tras conocer la muerte de «uno de los hijos más exitosos y dotados» que ha dado esta ciudad.

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