El ciclismo hizo justicia con la gran actuación y la combatividad de Mikel Astarloza y todo Euskaltel al darle la victoria de etapa que él y su equipo habían perseguido desde Mónaco. En realidad la buscaban desde el triunfo de Mayo en Alpe d'Huez. En los tres primeros años de Euskaltel en el Tour ganó dos etapas y la sequía de los cinco siguientes provocó que el objetivo se convirtiera casi en obsesión.

«Por probabilidades este año toca ganar», decía en su entrevista a GARA horas antes de lanzarse a la batalla camino de Saint Girons. Porque la victoria no iba a llegar por las probabilidades matemáticas, sino por su constancia. Entonces fue tercero pese a ser el más fuerte de la escapada que formó con Luis León Sánchez y Casar. Volvió a intentarlo camino de Verbier el domingo con otra escapada lejana anulada a cinco kilómetros de meta y ayer insistió varias veces hasta que Astana le dio permiso.

Porque las probabilidades de ganar pasan por intentarlo una y otra vez. Pasan por la insistencia y constancia que han permitido a Astarloza ser un corredor importante pese a sus problemas, como los de todo su equipo, para ganar. Euskaltel llegaba con dos victorias al Tour. El sanpedrotarra sólo había conseguido una en profesionales, también en 2003, en Australia. La actuación suya y de su equipo había sido ejemplar en todo el Tour. Pero en el ciclismo puedes estar satisfecho por el trabajo, aunque nunca feliz si no ganas. Había que ganar y Astarloza lo hizo con merecimiento al atacar en el momento más oportuno.

A dos kilómetros de meta

Porque a diferencia de las dos escapadas anteriores, en la de ayer Astarloza tuvo suerte y supo dosificar sus fuerzas sin cebarse con el ataque de Pellizotti y Van Den Broeck en la última subida. Y probó fortuna cuando debía hacerlo, cuando Moinard, cuarto integrante del grupo que coronó en cabeza el puerto del Petit Saint Bernard, había sido atrapado por los corredores de Liquigas y Silence Lotto.

Ése era el momento de atacar a falta de dos kilómetros, también lo había intentado antes en la bajada, consciente de que en una llegada al sprint en ese grupo no tenía nada que hacer. Pellizotti y Van Den Broeck se miraron y unos segundos de duda fueron suficientes para que Astarloza se fuera directo hacia un triunfo que además le acerca hacia su segundo gran objetivo de acabar entre los diez primeros el Tour. Ya es undécimo.

Fue una jornada casi perfecta para Euskaltel, que colocó a tres de sus corredores más fuertes en la escapada buena del día. Sólo faltó que Egoi aguantara a Pellizotti y Karpets en su ataque en la subida inicial al Grand Saint Bernard. Sabía que la del italiano era la rueda a seguir para pelear por la montaña y eso hicieron los veinte corredores que se fueron con él de salida, entre los que estaba Verdugo.

Astarloza atacó por vez primera en el pelotón en el kilómetro 13 con Rubén Pérez para intentar coger la fuga y Astana le impidió seguir adelante. En el 22 volvió a intentarlo junto a José Luis Arrieta e Igor Antón y volvió a ser neutralizado. A base de insistir, lo intentó tras coronar el puerto para conseguir entrar en el grupo perseguidor formado tras Pellizotti y Karpets, junto a Igor Antón y Verdugo.

Euskaltel era el más representado en ese grupo junto a Bouygues, que metió a Trofimov, Lefevre y Fedrigo. Junto a ellos estaban Gómez Marchante (Cervélo), Van Den Broeck (Silence), Voigt (Saxo Bank), Ten Dam (Rabobank), Rogers (Columbia), Roche y Goubert (AG2R), Casar (Française), Moinard (Cofidis), Vogondy (Agritubel) y Velits (Milram), que a 60 de meta atraparon a Pellizotti y Karpets.

Fue en el Petit Saint Bernard donde se seleccionó el grupo y por delante quedaron Van Den Broeck y Pellizotti, que al final del alto fueron atrapados por Astarloza y Moinard. Detrás de ellos se formó en la bajada un cuarteto con Casar, Goubert, Roche y Fedrigo, que estuvieron a quince segundos de cazar a los de adelante, pero sólo pudieron empalmar cuando Astarloza ya había saltado hacia la gloria.

El Saxo Bank no pudo

En la lucha por la general, Saxo Bank quiso endurecer la última subida y los Schleck lanzaron un duro ataque al que sólo pudieron responder Contador, Nibali, Wiggins y Klöden. Pero Frank acusó el esfuerzo, Armstrong volvió desde atrás en una remontada espectacular y Andy tuvo que parar. Saxo Bank no sólo perdió una etapa en su objetivo de llegar al podio, también a Voigt, que acabó en el hospital tras una caída. Un hándicap porque hoy volverán a ser ellos los interesados en endurecer la etapa reina de los Alpes, con cuatro puertos de Primera.