«Las fotografías van a seguir en la calle y en todos los sitios en los que el empuje solidario de la sociedad vasca lo crea conveniente. Interior sabe que está ante una batalla perdida». Así replicó ayer Etxerat, en una comparecencia ante los medios en Bilbo, a las últimas iniciativas en este terreno del Ejecutivo de Lakua.

Junto a Natxi Aranburu y Oihane Ozamiz, que intervinieron como portavoces, se encontraban los padres de Arkaitz y Zigor Goikoetxea Basabe -cuyo domicilio de Getxo fue atacado el pasado lunes por un grupo de incontrolados-, el padre de Joxe Mari Sagardui, Gatza, -que ha cumplido 29 años encarcelado- y la compañera de Sebas Lasa -en huelga de hambre para denunciar que fue agredido en la cárcel de Puerto de Santa María-. Tres ejemplos que, a su juicio, reflejan «un contexto en el que la dispersión sigue vigente, se aplica la cadena perpetua, siete presos y presas con enfermedades graves e incurables continúan en prisión, y que incluye el reciente fallecimiento de dos iheslaris».

Por ello, los representantes de Etxerat indicaron que «las palabras del señor Rodolfo Ares Taboada el pasado martes en el Parlamento de Gasteiz son un claro ejemplo» del «fracaso y frustración» que provoca en los dirigentes de PSOE y del PP la solidaridad que reciben los presos políticos y sus familiares. En una respuesta parlamentaria sobre una concentración llevada a cabo en el Peine del Viento, en Donostia, el consejero de Interior comentó: «Merece todo mi desprecio y rechazo». Precisamente, la imagen de ese acto, en el que participaron cientos de familiares y amigos de presos políticos, cubría el fondo de la rueda de prensa de ayer.

Y, en ese contexto, Etxerat reclamó la «inmediata dimisión» como consejero de Interior, ya que considera que «una persona así no es digna de ocupar ningún cargo, y mucho menos de velar por la seguridad de los ciudadanos de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, ya que sus ganas de actuar contra gran parte de la sociedad le convierten en un peligro político y policial».

Conscientes de que Ares no dimitirá, consideran necesario trasladar a la ciudadanía la denuncia de una actitud «autoritaria, ignorante e irrespetuosa». Es más, indicaron que no les sorprende «viniendo de alguien que ha crecido políticamente a la vera de Ricardo García Damborenea o Julián Sancristóbal», dos dirigentes del PSE implicados en la guerra sucia durante el gobierno de Felipe González.

Indicaron también que, pese a las pretensiones del Gobierno de Patxi López, «la solidaridad con los presos políticos vascos no va a desaparecer hasta que se respeten sus derechos». «En Etxerat -añadieron- tenemos claro que la solidaridad y el cariño hacia nuestros familiares encarcelados no es ningún delito».