La invasión de Irak y sus consecuencias han consolidado a Kurdistán Sur como entidad política. No obstante, sus relaciones con Bagdad distan de estar regladas y la disputa por el petróleo de Kirkuk y por los territorios arrebatados a los kurdos en plena campaña de arabización forzosa del finado Saddam Hussein amenaza con agravarse tras el repliegue estadounidense. A ello se suma el hartazgo de la población kurda con su clase política tradicional y corrupta.

Al presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, le aguarda un difícil mandato presidencial. En los próximos cuatro años deberá hacer frente a las presiones extranjeras y a las disputas internas, que reflejan la compleja institucionalidad del país.

La Asamblea corsa ha rechazado una moción basada en un informe de expertos solicitado por la propia Cámara que planteaba pedir el reconomiento oficial del corso. El electo independentista Talamoni cree que UMP y PRG han votado en contra por intereses electorales.