El Pentágono evoca la posibilidad de acelerar el repliegue militar de Irak
El jefe del Pentágono, Robert Gates, se despidió de Irak anunciando la posibilidad de que el Ejército acelere su repliegue del país ocupado. El Gobierno estadounidense asegura que los atentados han disminuido pero advierte de que el principal foco de inestabilidad serían las discrepancias entre Kurdistán Sur y el Gobierno de Bagdad. Gates apremió a los kurdos a que «aprovechen el tiempo que sigamos en Irak» para negociar una salida a la crisis.
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«El ritmo de repliegue podría acelerarse. Las condiciones de seguridad están mejorando en Irak», anunció el secretario de Defensa de EEUU, Robert Gates, a los periodistas a bordo del avión militar que le trasladaba a Turquía tras dos días de visita en el país árabe aún ocupado.
Obama vinculó la decisión a «la percepción de la evolución de la situación por parte de (el comandante de las fuerzas estadounidenses en Irak) Rauy Odierno», señaló, para citar expresamente el descenso en los atentados y la «capacidad creciente» de las fuerzas nativas.
El plan de Obama prevé la retirada de las tropas de combate antes de finales de agosto de 2010. El acuerdo con Bagdad estipula para finales de 2011 una retirada total condicionada a la petición formal por parte del Gobierno iraquí de que un contingente de decenas de miles de soldados siga en Irak en bases permanentes.
Dos de las 14 brigadas de combate -cada una cuenta con entre 3.000 y 4.000 soldados- deberían abandonar Irak antes de fin de año. Gates evocó la posibilidad de que les siga una tercera antes de las elecciones legislativas previstas en enero.
Actualmente hay destinados en Irak alrededor de 128.000 soldados estadounidenses.
Kurdos e iraquíes
En su visita, Gates instó a kurdos e iraquíes a buscar una solución a su contencioso territorial. «No hemos sacrificado tanta sangre y dinero para que los progresos de estos años se queden en nada por divergencias políticas», les recordó.
Gates apremió a los kurdos «a que aprovechen el tiempo que seguiremos en Irak» para solucionar esos conflictos. El general Odierno aseguró que esta cuestión es ahora «el principal foco de inestabilidad» en Irak y alertó de posibles enfrentamientos entre el Ejército iraquí y los pershmergas kurdos.
Horas después de que se confirmara su reelección como presidente de Kurdistán Sur, el cabeza de lista de la coalición PDK-UPK, Massud Barzani anunció inmediatas negociaciones con el Gobierno de Bagdad en respuesta al llamamiento de EEUU. No obstante, recordó que «hay que arreglar los problemas respetando la Constitución», en referencia a que la Carta Magna aprobada bajo ocupación prevé un referéndum sobre la pretensión histórica kurda de recuperar la provincia de Kirkuk.
Barzani, que contaba además con el apoyo crítico de la guerrilla kurda del PKK, logró el 69,7% de votos para seguir en el cargo. La coalición entre las dos formaciones históricas (PDK-UPK) habría logrado, según el recuento, la mayoría absoluta en el Parlamento con el 57% de los votos. La anunciada sorpresa la dio la lista Goran (Cambio en kurdo) liderada por un disidente de UPK, el empresario Nucherwan Mustafah, que logró el 25% de votos convirtiéndose en la primera fuerza de oposición.
La lista Servicios y Reformas, compuesta por dos partidos islamistas y otros dos de izquierda, logró el 12,8% de los sufragios. Hasta un total de 135.000 votos fueron rechazados como nulos. GARA
Por segundo día consecutivo persistían los enfrentamientos entre el Ejército iraquí y la guerrilla disidente iraní de los Mujahidin Halq por el control de su campo de refugiados de Ashraf. Esta antigua base militar de 25 kilómetros cuadrados, situada a 80 kilómetros de Bagdad y a la misma distancia de la frontera con Irán, fue cedida por el finado Saddam Hussein a la guerrilla para que combatiera a su lado contra Irán.
El Ejército estadounidense transfirió oficialmente en marzo el control de la base, donde viven 3.500 personas, al Gobierno de Bagdad. Diversas fuentes informaron de la muerte de nueve personas, siete residentes en el campo y dos policías iraquíes.
Irán, que saludó el operativo contra el campo, anunció por otra parte que juzgará a una veintena de detenidos durante las protestas post-electorales a los que vincula precisamente con ese grupo. Paralelamente, afirmó que pondrá en libertad antes del sábado al resto de detenidos -140 fueron excarcelados el martes- y el cierre de un centro de detención. Por contra, ha prohibido las muestras de duelo por las víctimas de los disturbios anunciadas para hoy por la oposición. GARA
