Las grandes constructoras se vuelcan en el negocio termosolar
Cuando se produjeron los primeros indicios de la crisis del ladrillo, las grandes constructoras diversificaron su actividad hacia el sector eléctrico. Un caso llamativo fue el control de ACS de Unión Fenosa y más tarde la entrada con fuerza en Iberdrola. En este momento que Estados Unidos reconoce que su economía comenzará a remontar la crisis en el segundo semestre, las constructoras se vuelcan en el negocio termosolar, una alternativa energética de futuro.
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El sector energético está llamado en los próximos años a ser el que ampare las nuevas inversiones económicas. El negocio del ladrillo, de forma definitiva, se ha convertido en el del megavatio y todas las empresas se preparan para explotarlo una vez que la economía cambie de signo y remote de la actual crisis. Las grandes constructoras han apostado por el desarrollo de la generación de energía a partir de instalaciones termosolares, negocio en que tienen ya en marcha proyectos que suman unos 1.100 megavatios (MW) de potencia y más de 4.400 millones de inversión, según datos de las compañías recogidos por la agencia Europa Press.
En la actualidad, dos compañías, ACS y Acciona, cuentan con plantas termosolares en marcha, ubicadas en Andalucía y Extremadura, respectivamente. Son las que más proyectos de este tipo tienen en cartera.
Estados Unidos
Acciona, a través de su división Acciona Energía, tiene actualmente en marcha una inversión de 1.400 millones en el desarrollo de cuatro plantas de 50 MW de potencia cada una. Se sumarán a la que el grupo presidido por José Manuel Entrecanales ya explota en Nevada (Estados Unidos), una de las mayores del mundo. Además, tiene en fase de tramitación otras instalaciones termosolares en el Estado Español y otros proyectos en Norteamérica.
El grupo que preside Florentino Pérez, a través de su filial Cobra, construye tres plantas de generación a partir de esta tecnología en Extremadura, Andalucía y Castilla-La Mancha, cada una también de 50 MW de potencia. Suman una inversión total de unos 900 millones. Además, cuenta con otras tantas en promoción en estas mismas comunidades.
También FCC anunció recientemente su entrada en este mercado de «energía verde». A través de su nueva división FCC Energía invertirá unos 600 millones en la promoción de dos termosolares, ubicadas en Córdoba y Alicante, de 50 MW y que realizará a través de alianzas con Abantia, y Técnicas Reunidas y Enerstar, respectivamente.
De igual forma, Sacyr Vallehermoso, a través de Valoriza, ha alcanzado un acuerdo con la israelí Solel para construir y explotar tres plantas de energía termosolar con una potencia conjunta de 150 MW en Lebrija (Sevilla). La inversión global del proyecto superará los 850 millones. Las alianzas con firmas del sector es la estrategia seguida también por OHL. La compañía controlada y presidida por Juan Miguel Villar Mir firmó este mismo mes un acuerdo con Fotowatio para desarrollar conjuntamente dos plantas termoeléctricas, también de 50 MW cada una, en Extremadura y Andalucía, por un monto inversor total de 600 millones.
Además de las grandes constructores, otros importantes inversores se han interesado por esta fuente de generación de electricidad. Es el caso del empresario Manuel Jove, quien a través de su corporación Inveravante, prevé una inversión de unos 600 millones para promover dos plantas termosolares en Andalucía y Extremadura, en asociación al 50%.
En este proceso, también está el impulso que Iberdrola ha dado a la energía eólica en Estados Unidos, aprovechando el interés de la Administración Obama para potenciar la energía verde como eje de actividad futura.
El consejero económico de la Casa Blanca, Lawrence Summers, juzgó ayer en declaraciones a la cadena de televisión NBC que es «muy, muy probable» que el crecimiento vuelva de nuevo en la segunda mitad del año, después de una contracción de la actividad menos fuerte que la prevista en el segundo trimestre.
En parecidos términos se expresó el antiguo presidente de la reserva federal estadounidense, Alan Greenspan, quien dijo en la cadena ABC que la economía americana es «muy próxima» a la reanudación de la recuperación. Estas declaraciones, sin embargo, se interpretan con prudencia en los ámbitos económicos. Ambos, de todas formas, reconocieron que «habrá que esperar al próximo año para que las tasas de paro remitan», precisó Lawrence Summers. Según señaló, se debe esperar a que el plan de reactivación del empleo dé sus frutos.
Por otro lado, el Banco Central Europeo se prepara esta semana para mantener el tipo de cambio en el 1% antes de la pausa estival, pero con una gran preocupación sobre los temores a una deflación debido a la evolución negativa y consecutiva de la inflación en la UE. De esta manera, este jueves, el banco europeo dejará los tipos de interés en el 1%. Los diferentes analistas mantienen que si se confirma el cambio de signo en Estados Unidos tendrá una traslación a la actividad económica europea pero, igual que en anteriores procesos de crisis, tardará algo más en llegar.
Ese es el temor real de los gestores del BCE, puesto que si la espera se prolonga en exceso en la UE, la deflación puede jugar un papel negativo en la actividad. GARA
