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NATACIÓN Campeonatos del Mundo

El Mundial de los 43 récords y los bañadores milagrosos

Phelps se cuelga cinco medallas de oro y una de plata y demuestra su potencial en año postolímpico.

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Miren SÁENZ | DONOSTIA

Las primeras nubes comenzaron a asomar sobre la piscina del Foro Itálico para despedir bajo un intenso cielo azul un Mundial de natación bañado por el sol y el calor que aprieta en esta época en Roma, pero sobre todo por la abundancia en registros con una auténtica revolución en las tablas. La producción de plusmarcas mundiales funcionó a destajo hasta alcanzar las 43.

O sea que la Federación Internacional de Natación (FINA) va a desembolsar una pasta puesto que cada tope mundial se cotiza a 25.000 dólares. Nunca, desde que en 1973 se inauguraron en Belgrado los Campeonatos del Mundo, se habían batido tantas marcas contando además los 57 récords europeos que durante una semana se han mejorado en la capital italiana, gracias a esos bañadores de poliuretano que han dado tanto que hablar. Lo que hace unos meses parecía ciencia ficción terminó por demostrarse cierto y esos modelos que contribuyen a la flotabilidad fueron tan protagonistas o más que los propios nadadores.

Con técnicos y científicos estudiando in situ los detalles más inverosímiles para explicar la influencia de los trajes de nueva generación en los resultados, deportistas y entrenadores clamaron contra el «tecnodopaje» de las prendas flotadoras pero pocos se resistieron a calzarse los monos mágicos.

Del LZR de Speedo, el traje de moda en 2008 que arrasó en los Juegos Olímpicos de Beijing, al Arena X-Glide y el Jaked 01, más sofisticados y prietos y sobre todo más impermeables, la pasarela ha funcionado como nunca para satisfacción de las firmas deportivas a las que la publicidad les ha salido gratis.

Las voces críticas han clamado para lo que han considerado un despropósito por parte de la FINA al permitir las prendas de la polémica y homologar los registros conseguidos con ellas, a pesar de aprobar una nueva regulación sobre los bañadores, de tal forma que se prohíbe el uso de materiales no textiles y se limitan su forma y superficie a partir del próximo 1 de enero.

Phelps mantiene su aureola

A este escenario Michael Phelps llegó de rebajas, con aspiraciones a seis medallas de oro y se tuvo que conformar con cinco conseguidas en los tres relevos: 4x100 y 4x200 libre, para clausurar el certamen con una magnífica posta de mariposa en los 4x100 estilos, además de los títulos individuales en 100 y 200 mariposa y la plata de los 200 libre. No está mal para alguien que llegaba corto de competición, con algunos kilos de más y algún que otro desliz.

Definitivamente, el deportista olímpico más laureado ha vuelto a ser la estrella más brillante del firmamento acuático. Pese al resbalón en los 200 libre, en los que su verdugo, el alemán Biedermann reconoció que el mérito de su victoria era compartido con su bañador supersónico, Phelps supo sobreponerse al disgusto y terminó sacando todo su potencial a base de oros y de récords de leyenda, el último formando parte del cuarteto estadounidense -Peirsol (espalda), Shanteau (braza) y Walters (libre)- que puso el último registro (3:27.28 ).

Sus rivales terminan rindiéndose a la evidencia. «Simplemente eres el más grande», le dijo el serbio Milorad Cavic. Ahora se tomará un descanso para volver a los entrenamientos a finales de mes y sacarle rendimiento a la temporada en las pruebas de la Copa del Mundo. A nivel femenino, ha habido otros dobletes, pero ninguno con la superioridad de los 200 y 400 metros libre que Federica Pellegrini se marcó en casa.

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