El portavoz del PSE en el Ayuntamiento de Bilbo, Txema Oleaga, culpó ayer al alcalde, Iñaki Azkuna, de «la falta de consenso» en torno al nombramiento de la txupinera de esta próxima Aste Nagusia. Asimismo, señaló que Azkuna es «quien ha impedido que nos sentemos todos los partidos en una mesa para hablar de este asunto», al iniciar el contacto con las Konpartsak «por su cuenta».

Según explicó Oleaga en rueda de prensa, «no se está cuestionando quién sea el hermano de Sonia Polo, ni cuál sea su ideología, al PSE nos da igual eso», sino que se trata de un cargo que se va a nombrar y que tiene que «concitar el acuerdo y el consenso mayoritario de la sociedad de Bilbao porque va a representar a todos».

El portavoz del PSE hizo estas declaraciones en torno a la decisión de las Konpartsak, organizaciones encargadas de impulsar las fiestas de la Semana Grande de Bilbo, de nombrar como txupinera a Sonia Polo, hermana de un preso político.

Oleaga recordó que la concejala Isabel Sánchez, del PNV, suspendió la comisión en la que se iba a nombrar a la txupinera con el fin de «abrir un proceso de reflexión en las Konpartsak, a bien de que mantuvieran o cambiasen su propuesta», y también fue esta edil «quien puso condiciones a las Konpartsak mediante una comunicación que les remitió con una serie de puntos, muy claros y muy concretos».

El portavoz del PSE aseguró que en su grupo «ni hemos suspendido esa comisión ni hemos puesto condiciones de ninguna clase, ni hemos remitido ninguna carta a ninguna comparsa, simplemente se nos transmitió lo que se les iba a remitir y nos pareció que podía ser más o menos correcto».

También dijo que propusieron una Junta de Portavoces para que los partidos políticos se pusieran de acuerdo. «Una Junta que estaba convocada para dos o tres días antes de la continuación de la comisión, y sin ninguna justificación ni razón alguna, el alcalde la suspendió e inició contactos con las Konpartsak para llegar a una clase de acuerdo», añadió.

Espacio para la «impunidad»

Según dijo, «aquí no hay caza de brujas ni hay Santa Inquisición, sino un alcalde que ha impedido el consenso y que ha iniciado el contacto con las Konpartsak por su cuenta».

Oleaga aprovechó para hacer un llamamiento a no «instrumentalizar políticamente ningún símbolo de todos los ciudadanos» de Bilbo y a lograr «un compromiso radical en contra de la violencia, acabando con cualquier espacio para la impunidad y la legitimación del terrorismo».