Rasmussen confía en ceder a los afganos las tareas de seguridad a medio plazo
GARA |
El nuevo secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, confió ayer en que las autoridades afganas puedan hacerse cargo del control de la seguridad del país durante su mandato de cinco años, pero dejó claro que las fuerzas aliadas seguirán en Afganistán mientras sea necesario. Además de acabar con el «terrorismo» en Afganistán, se marcó como prioridades más inmediatas el acercamiento a Rusia y la necesidad de «construir relaciones más fuertes» con los países del Mediterráneo.
Rasmussen dio su primera rueda de prensa en la sede de la Alianza en Bruselas horas después de tomar posesión del cargo y mientras la OTAN se enfrenta al recrudecimiento de la violencia en Afganistán a dos semanas de las elecciones presidenciales y provinciales. Ayer mismo al menos doce personas resultaron muertas en un atentado ocurrido en la ciudad occidental de Herat.
«Durante mi mandato espero que llegaremos a ayudar a los afganos a asumir su seguridad (...) pero que tengan claro los talibán que eso no significa una estrategia de salida. La OTAN no se prepara para marcharse. Permaneceremos allí como apoyo mientras sea necesario», señaló al tiempo que se negó a mencionar un calendario de retirada.