Es probable que, después de unos atentados tan espectaculares como los perpetrados por ETA en Mallorca en el espacio de ocho días, el responsable de Interior del Gobierno español pretenda paliar el fracaso que supone esa actividad terrorista a base de comparecer ante los medios de comunicación con un alarde de conocimientos y detalles sobre los atentados. No importa que se trate de puras especulaciones, el caso es dar sensación de competencia (...). Tras el primer atentado que causó la muerte a dos guardias civiles, Rubalcaba inició las especulaciones de rigor que, casi sin solución de continuidad, se han vuelto a desarrollar tras las cuatro bombas que ETA hizo explotar el pasado domingo en Palma. (...) No descarta el ministro que, al activarse con temporizador, hubieran sido colocadas con anterioridad. O puede que no. No descarta el ministro que los autores de los atentados hayan logrado eludir la Operación Jaula y se encuentren ya fuera de las islas. O puede que no. No descarta que los terroristas que actúan en Mallorca sean seis. O cuatro. O puede que no. No descarta que se trate de miembros legales . O puede que no. En fin, que el ministro del Interior tiene algo que decir, aunque no diga nada en concreto. Lo único que para el ministro del Interior está claro, lo único que afirma con contundencia, es que los autores de estos atentados acabarán siendo detenidos y darán con sus huesos en la cárcel. Pero como de momento sólo ha podido ofrecer especulaciones, no parece que su mensaje haya logrado devolver la tranquilidad a los ciudadanos de las islas y mucho menos a los turistas. Lo que los ciudadanos esperan es, sencillamente, eficacia y menos declaraciones triunfalistas que a la larga, son también especulaciones.