Un buque de guerra ruso localizó ayer al carguero «Arctic Sea» a unos 550 kilómetros de Cabo Verde. El barco, propiedad de la empresa finlandesa Solchart Management pero con bandera maltesa y una tripulación formada por quince ciudadanos rusos, desapareció el 28 de julio en el Canal de la Mancha.

El ministro de Defensa ruso, Anatoli Serdiukov, que confirmó el hallazgo al presidente Dmitri Medvedev, afirmó que el navío no estaba secuestrado como se creía. «Fue localizado a 300 millas náuticas de las islas de Cabo Verde a la una de la madrugada de Moscú -las 23.00 del domingo en Euskal Herria-. La tripulación está sana y salva y no se encontraban bajo control armado. Ha sido trasladada a la patrullera `Ladny'. La investigación está abierta», manifestó.

Prometió que, tras interrogar a los marineros, anunciaría «lo que pasó, por qué se perdió el contacto con ellos y por qué cambiaron de itinerario».

Medvedev insistió en la necesidad de una investigación adecuada. «El mando de la Marina y los organismos judiciales deben investigar este asunto de acuerdo con la ley», subrayó.

El mercante partió de Jakobstad (Finlandia) con destino a Bugía (Argelia) con un cargamento de madera valorado en cerca de 1,5 millones de euros y cuya llegada estaba prevista para el 4 de agosto. Sin embargo, días después de un extraño incidente de abordaje, se perdió todo contacto con el «Arctic Sea». La tripulación había comunicado que estaban siendo abordados por un grupo de entre ocho y doce personas, que, según esa versión, estuvieron dos horas a bordo.

Cuatro días más tarde y tras comunicarse con las autoridades marítimas británicas -que desconocían que se hubiera producido un asalto- llegaron al Canal de la Mancha.

El sábado, la Policía de Helsinki reveló que desconocidos habían pedido un rescate. Avalando esa tesis, la Comisión Europea dijo el viernes que el barco había sufrido dos ataques ajenos a la piratería «tradicional».

«Según las informaciones que tenemos, fue atacado en dos ocasiones, una primera vez en las costas de Suecia y una segunda en las de Portugal», declaró Martyn Selmayr, portavoz del comisario de Transporte. «Parece que estas acciones, tal y como fueron descritas, nada tienen que ver con actos de piratería tradicional o un ataque armado en plena mar», añadió.