Siete son los zulos que la Policía francesa, en colaboración con la española, asegura haber conseguido descubrir en menos de 48 horas y en un radio de cientos de kilómetros que se extiende por toda la parte sur del Estado francés, desde Montpellier hasta Burdeos.

Desde el primer momento no se ha hecho más que recalcar que la información guardada en los tres portátiles incautados en la vivienda en la que fueron arrestados Andoni Sarasola, Aitzol Etxaburu y Alberto Matxain el miércoles contaba con un sistema de encriptación. Sin embargo, desde el momento inicial tanto el ministro de Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba, como las fuentes policiales citadas por las agencias de información anticipan que iban a encontrar parte de la «logística» de la organización armada.

Estas declaraciones se repitieron desde el momento en que los tres ciudadanos vascos fueron arrestados y vinculados con el «aparato logístico de ETA». La información ofrecida por TVE fue, sin lugar a dudas, la más explícita de todas, ya que en su telediario del jueves cuantificaba en cinco los posibles zulos que las FSE hallarían en un radio de «muchos kilómetros».

Hallazgo radiado

No andaba desorientada, ya que ayer se fue incrementando la lista de zulos encontrados, hasta llegar a siete. Pese a que la información difundida fue muy confusa tanto sobre el número de zulos hallados como sobre el material incautado en ellos, a última hora la versión oficial fijaban en cuatro los escondites aparecidos en la jornada. Tres de ellos estarían ubicados en el departamento mediterráneo de Hérault y del cuarto ni siquiera se apuntó su ubicación.

El único elemento que han mencionado estos días las agencias españolas como explicación al descubrimiento de todos estos zulos es que las FSE están «reconstruyendo los últimos movimientos» de los tres ciudadanos vascos detenidos. Sin embargo, el dato objetivo es que la distancia que oscila desde la vivienda en la que fueron arrestados hasta los zulos hallados es de entre 400 a 800 kilómetros, según los casos.

Además, el Ministerio que dirige Alfredo Pérez Rubalcaba informaba «con toda certeza» el 11 de agosto, ocho días antes de la redada, de que Alberto Matxain se encontraba en el Estado español. La imagen de este vecino de Iruñea fue difundida junto a otros cinco presuntos militantes de ETA como uno de los supuestos autores de las últimas acciones armadas ocurridas en Mallorca.

Contenido de los zulos

El Ministerio de Interior español cifraba en 330 los kilos de explosivo incautados a la organización armada sólo en el día de ayer. Apuntaba que uno de los zulos, ubicado en el término municipal de Minerve, albergaba 17 bidones de plástico, catorce de los cuales contenían cada uno entre 20 y 25 kilos de nitrato amónico granulado. Asimismo, aseguraba haber hallado 12 kilos de pentrita distribuidos en paquetes de un kilo, tres bombas-lapa con dispositivo de iniciación preparadas para su utilización a falta de la colocación del explosivo y el detonador, cordón detonante en rollos, temporizadores, varios tuppers vacíos, componentes electrónicos, transformadores e iniciadores de mercurio, así como instrucciones en euskara sobre bombas-lapa.

En torno al zulo de la localidad de Plaussenus, afirmaban haber hallado tres tuppers que contenían igualmente bombas-lapa, cinco metros de cordón detonante artesanal, cinco sistemas de verificación de circuitos e instrucciones sobre las bombas-lapa y los temporizadores. Sobre el tercer escondite inspeccionado ayer, ubicado en la localidad de Ferrals-les-Montagne, se asegura que había 2.000 cartuchos, once revólveres, cuatro pistolas automáticas, 55 detonadores así como dos paquetes de pentrita.

El cuarto zulo del que se habló a lo largo del día era un misterio por el momento, dando que no se dio a conocer ni su ubicación.