Una misión de la Organización de Estados Americanos (OEA) arribó ayer a Honduras con el objetivo de lograr una salida dialogada que posibilite la restitución del presidente electo, Manuel Zelaya, cuestión que cada vez parece más complicada, teniendo en cuenta el tiempo transcurrido desde el golpe de Estado.

La delegación está conformada por el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, y los cancilleres de Argentina, México, Costa Rica, Panamá, República Dominicana, Jamaica y Canadá. Durante su estancia en el país centroamericano tratarán de convencer al Ejecutivo que lidera Roberto Micheletti de que acepte el Acuerdo de San José, propuesto por el presidente costarricense, Óscar Arias, que cumple el papel de mediador.

Tanto el Gobierno usurpador como los partidarios del presidente legítimo coinciden, aunque por razones totalmente opuestas, al afirmar que esta visita podría suponer la última opción de dar una salida dialogada y diplomática a la crisis política desencadenada tras la asonada político-militar.

La misión de cancilleres de la OEA supone «uno de los últimos intentos diplomáticos» para que Micheletti deje el poder, afirmó el diputado de Unificación Democrática (UD) Marvin Ponce, dirigente del movimiento que exige la restitución del presidente electo.

«A los golpistas lo único que les queda es firmar el Acuerdo de San José lo más pronto posible», pues «ya no tienen margen de maniobra», aseguró el legislador.

Frente a su postura, se encuentra la opinión del Gobierno ilegítimo de Honduras que, en palabras de su vicecanciller, Martha Alvarado, insistió en el deseo de que «con la venida de estos cancilleres se termine la dialéctica de estar tratando de convencer al mundo de lo que pasó aquí». Para quienes llegaron al poder empleando la fuerza militar, ahora «el reto» son las próximas elecciones del 29 de noviembre.

Además, la vicecanciller nombrada por Micheletti sostuvo que lo ocurrido en Honduras fue una «sucesión presidencial» y que los militares actuaron contra Manuel Zelaya por un mandato judicial, después de que éste intentara celebrar una consulta para promover una Asamblea Constituyente.

Por tanto, la visita de la OEA se enmarca en la labor de mediación del presidente de Costa Rica, Óscar Arias, quien ha propuesto el Acuerdo de San José, que consta de once puntos, entre los que figura el regreso condicionado de Zelaya, como solución a la crisis política.

Elecciones «trastocadas»

El fracaso de este intento, según reconoció el diputado Marvin Ponce, supondrá «perder la esperanza de llegar a un acuerdo por la vía democrática, habida cuenta de que la próxima semana arranca la campaña electoral» para los comicios del 29 de noviembre.

Ponce agregó que las elecciones «se trastocarán» y pueden ser «violentas, impredecibles», si se celebran sin que Zelaya haya sido restituido.

Durante su visita al país centroamericano, la delegación de cancilleres americanos se reunirá, entre ayer y hoy, con la Corte Suprema de Justicia y la Fiscalía, instancias que apoyaron el golpe de Estado.

Asimismo, se reunirá con organizaciones de la sociedad civil opuestas al golpe, candidatos presidenciales, empresarios, trabajadores y miembros de las iglesias católica y evangélica.

No obstante, parece complicado que esta delegación obtenga un resultado fructífero, teniendo en cuenta los últimos movimientos y declaraciones del Gobierno militar de Roberto Micheletti.

«No es negociable»

La vicecanciller Martha Alvarado, aseguró que aunque los cancilleres son «bienvenidos», la reinstalación de Manuel Zelaya en el Gobierno que legítimamente le pertenece «no es negociable».

«Aquí está claro. Nosotros hemos actuado conforme a la ley; aquí se ha destituido a un presidente que violentaba la ley y los hemos sustituido de acuerdo con el proceso constitucional de Honduras», sostuvo.

Sin embargo, su versión dista mucho de lo mostrado por las imágenes del 28 de junio, cuando el presidente electo fue secuestrado por militares y sacado a la fuerza del país.

El Supremo, en contra

A las declaraciones del Gobierno golpista hay que sumarle la decisión de la Corte Superior de Justicia (CSJ) de rechazar la propuesta de Arias.

Ese rechazo no fue manifestado de forma explícita, pero la Corte Superior de Justicia puso objeciones a diez de los once puntos del documento de San José, advirtiendo particularmente de que si Zelaya regresa al país será para someterse a la justicia y no para recuperar el poder.

Sobre otros aspectos de la propuesta de Arias, la Corte, defensora de la asonada político-militar, argumentó que «cualquier arreglo de tipo político que se derive del Acuerdo de San José» debe implementarse «bajo el amparo de la Constitución y las leyes» de Honduras, porque no hacerlo así «sería un auténtico contrasentido».

Expectantes

Por su parte, el coordinador del Frente Nacional de Resistencia contra el Golpe de Estado, Juan Barahona, afirmó que las organizaciones populares estarán atentas a las gestiones de la misión de la OEA.

El Frente mostró su apoyo al plan de Arias en lo concerniente al retorno de Zelaya, pero manifestó su desacuerdo en cuestiones como la amnistía para los golpistas y la renuncia a la convocatoria de una Asamblea Constituyente para reformar la Carta Magna hondureña.

«Estaremos pendientes de la misión de los cancilleres de la OEA, la cual debe poner un plazo, un día y una hora, para que los golpistas abandonen el poder que han usurpado», expresó Barahona.

Entre tanto, prosiguen las protestas, y ayer se celebraron conciertos en favor de Zelaya.