Paulo Coelho reflexiona sobre la vanidad y el poder en «El vencedor está solo»
Hoy sale a la venta el último trabajo del escritor brasileño, una novela de intriga que retrata 24 horas en el Festival de Cine de Cannes, un mundo aparentemente de glamour en el que se cuelan sombras muy oscuras.
Carmen SIGÜENZA | MADRID
El escritor Paulo Coelho, que ha cumplido esta semana 62 años convertido en uno de los autores de más éxito y más queridos por sus lectores, ama el cine, y por ello acude desde hace años al Festival de Cannes, una experiencia que le ha servido para hablar sobre la vanidad y el poder en su última novela, «El vencedor está solo».
El libro que sale hoy a la venta en castellano y catalán retrata dos trepidantes días con trama criminal en Cannes, donde además de buen cine también se dan cita la vanidad, el poder, el lujo, la fama y los sueños rotos de aspirantes a estrellas, lo que, según el escritor «es un reflejo de lo que podría pasar en cualquier rincón del mundo donde exista el ser humano».
«Todo lo que pasa en Cannes podría pasar en el pueblo donde vivo en Ginebra, en la selva Amazónica o en cualquier sitio», subrayó el autor de «El alquimista». El escritor se ha centrado en la concentración de emociones y debilidades humanas que se dan cita en Cannes para explorar «la manipulación del mundo de los sueños» y comprobar que «el vencedor está solo cuando se despoja de sí mismo, cuando deja que sus sueños sean manipulados por otros».
«Hablo de la vanidad pero no la critico totalmente, porque todos somos vanidosos y algo de esta vanidad es necesaria, y ya lo dijo Salomón: `todo lo que hay bajo el sol es vanidad', pero me interesa -precisa- cómo para algunas personas la felicidad está en las marcas, en la imagen, en el dinero, y cómo destruyen sus vidas para conseguirlo. La felicidad está en lo sencillo, en lo esencial», recalcó.
Pero este escritor que ha encontrado en la espiritualidad el camino del negocio -lleva vendidos más de cien millones de libros- y que cree que ello se debe a que escribe «con honestidad», reflexiona sobre el amor y sobre los nuevos ricos forjados tras la caída del muro de Berlín en la Europa del Este.
Uno de los protagonistas destruye por amor. «No hay nada más grande que el amor -dijo-, pero no se puede amar a nadie desde la posesión, porque estás perdido. Si te gusta una flor, ahí está la belleza, pero no puedes cortarla porque la condenas a la muerte eterna. Amor y posesión son enemigos», argumentó.
En «El vencedor está solo», habla de ese monstruo que llevamos dentro citando a Jekyll y Hyde y a la filósofa alemana Hannah Arendt y su libro «Eichmann en Jerusalén». En él, la autora analiza el juicio de uno de los grandes asesinos nazis y reflexiona sobre cómo los psiquiatras encargados de examinarle concluyeron que era una persona normal. «Me interesa, porque el hombre puede mostrarse totalmente normal como una persona de buena apariencia, cercana, y ser a la vez un asesino en serie», explicó Coelho.
El escritor brasileño quiso dejar claro que «El vencedor está solo» no es una novela policiaca, que no se va a subir a la moda de la novela negra -aunque confiesa que le ha gustado mucho la trilogía de Larsson por «retratar y denunciar muchas cosas»-. Y es que él también es muy crítico con los abusos y las injusticias. «Creo que esta crisis servirá para que la gente vuelva a lo esencial, a la espiritualidad, porque no es justo que los que han provocado este desastre y provocado tanto paro no paguen nada. Siempre pagan los menos favorecidos», afirmó.GARA