Gira europea de Netanyahu
Israel no cede y ni se plantea dejar de ampliar las colonias sionistas
GARA | LONDRES
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, sigue haciendo oídos sordos a las demandas occidentales de que detenga la expansión de las colonias sionistas en Cisjordania para permitir que se retome el diálogo con la Autoridad Palestina de Mahmud Abbas.
Netanyahu se reunió ayer por la mañana en Londres con George Mitchell, el enviado de EEUU a Oriente Medio. Tras cuatro horas de encuentro, hicieron público un comunicado conjunto en el que se destaca que «es necesario comenzar negociaciones constructivas entre Israel y los palestinos para avanzar hacia un acuerdo de paz regional».
Nada más. El documento, muy diplomático, no hacía ninguna referencia a las exigencias estadounidenses a Israel de que detenga los planes para ampliar las colonias sionistas.
Según el diario británico «The Guardian», Mitchell estaba dispuesto a ofrecer a Netanyahu una postura mucho más firme de Washington frente a Irán y su programa nuclear a cambio de la paralización de la ampliación de las colonias sionistas.
Desde la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca se han deteriorado las relaciones de EEUU e Israel, puesto que, a diferencia de lo que ocurría con George W. Bush, se exige al Estado sionista que no continúe construyendo colonias que incumplen los establecido por la legislación internacional.
El documento hecho público por ambos, sin embargo, no hace referencia a este aspecto, por lo que lo más probable es que Netanyahu mantuviera ante Mitchell la misma postura de firmeza que ofreció la víspera ante el primer ministro británico, Gordon Brown.
Es decir, considerar que las demandas de paralización de los planes de extensión de las colonias sionistas en Jerusalén Este suponen una intromisión en la soberanía israelí -pese a que mantiene una ocupación ilegal de este territorio-, destacar que Jerusalén es la capital del Estado judío de Israel y que las colonias instaladas, también ilegalmente, en el resto de Cisjordania necesitan ser ampliadas debido al crecimiento de la población que las habita.
Aunque tras la reunión ni Mitchell ni Netanyahu hicieron declaraciones, Nir Hefez, asesor del primer ministro israelí, señaló que «ambos coincidieron en que hay una necesidad de empezar negociaciones significativas entre Israel y los palestinos para avanzar hacia un acuerdo regional».
Netanyahu y Mitchell también estuvieron de acuerdo en que «todas las partes deben dar pasos prácticos para impulsar la paz», indicó Hefez, quien agregó que funcionarios de su país continuarán la próxima semana las conversaciones con Mitchell.
Fuentes palestinas citadas por Al-Jazeera señalaron que Abbas podría reunirse con Netanyahu en el marco de la reunión de la Asamblea General de la ONU, que se celebrará en Nueva York el próximo mes.
Tras entrevistarse con Mitchell, Netanyahu se dirigió a Berlín, donde hoy se reunirá con la canciller alemana, Angela Merkel, quien señaló ayer que «Israel debe prepararse para la solución de los dos estados».
Desde Ramallah, el presidente de la Autoridad Palestina (ANP), Mahmud Abbas, subrayó ayer que sólo aceptará la creación de un Estado palestino «en el territorio de Palestina, ni más ni menos que eso», haciendo alusión a Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este, es decir, las fronteras previas a la Guerra de los Seis Días de 1967.
En este sentido, en una entrevista publicada el martes en el diario británico «The Times», el primer ministro de la Autoridad Palestina, Salam Fayyad, defendió la posibilidad de proclamar unilateralmente un Estado palestino para obligar de este modo a Israel a «poner sus cartas sobre la mesa» y retirarse de los territorios palestinos.
A juicio de Fayyad, si existiera un Estado de facto que funcionara, con o sin la cooperación de Israel, y que éste incluyera unas fuerzas de seguridad competentes, unos servicios públicos funcionales y una economía próspera, ésto obligaría a Israel a mostrar si realmente está comprometido con la retirada de Cisjordania tras 42 años de ocupación.
Rechazo de Hamas y Yihad
Hamas y la Yihad Islámica rechazaron ayer el plan de Fayyad y afirmaron que la resistencia es la única forma de establecer un Estado palestino.
«El plan de Fayyad resalta la división palestina y la presencia de la ocupación israelí», afirmó el portavoz de Hamas Fawzi Barhum, que añadió que «satisface el deseo de ocupación en línea con la política de Netanyahu».
«Tenemos un camino para establecer el Estado palestino, la única manera de hacerlo es a través de la resistencia y de un Estado sin colonias, cuando todos los detenidos sean liberados y regresen a su hogar los refugiados», añadió Barhum.
El portavoz de la Yihad Islámica, Nafeth Azzam, también destacó que la resistencia es la única vía, especialmente «cuando Israel no está concediendo a los palestinos los derechos más básicos».
El primer ministro en funciones de Líbano, Saad Hariri, afirmó que Hizbulah participará en el futuro Gobierno de unidad nacional «quiera Israel o no, porque interesa al país que todos estemos en el Ejecutivo».
Una delegación de personalidades internacionales y antiguos dirigentes políticos, denominada Elders (Los Ancianos), acudió ayer al Muro del Apartheid erigido por Israel en Cisjordania, en el marco de una visita a la región.
Esta delegación está integrada, entre otros, por el ex presidente estadounidense Jimmy Carter, el premio Nobel de la Paz sudafricano Desmond Tutu y el dueño del grupo Virgin, el millonario británico Richard Branson.
Tras llegar a la barrera militar israelí de Qalandia, al norte de Jerusalén, la delegación inspeccionó el Muro, que en esta zona alcanza ocho metros de altura de hormigón, aislando a Jerusalén Este, ocupado en junio de 1967, del resto de Cisjordania.
Zaina Abu Hamdan, una palestina de Ramallah de 18 años, describió a la delegación las penalidades que tiene que padecer cada día para llegar a su escuela en Jerusalén Este, las eternas colas en los pasillos antes de llegar hasta los jóvenes reclutas israelíes que chillan en hebreo a los palestinos. «Cada vez que tengo que pasar la barrera, me exaspero pensando en las humillaciones que voy a padecer», confesó al ex presidente Carter. «Si tienes suerte, ¿cuánto tiempo pierdes?», le preguntó éste. «30 minutos», respondió la joven palestina. «¿Y si no tienes suerte?». «De dos a tres horas».
Preguntado por las similitudes del sistema de apartheid o segregación que los negros vivieron en Sudáfrica con el que padecen los palestinos, Tutu respondió que «hay paralelismos». «Cuando se expulsa a la gente, me recuerda lo que pasaba en nuestra casa», añadió el arzobispo sudafricano.
El Muro del Apartheid, que cuando esté completamente construido tendrá una longitud de 709 kilómetros, de los que el 85% se situarán en Cisjordania y sólo el 15% en la «frontera» de la Línea Verde. Según un informe publicado en julio por la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), el Muro, que fue declarado ilegal por el Tribunal Internacional de Justicia en 2004, tiene consecuencias dramáticas en la vida cotidiana de los palestinos.
La delegación también visitó un centro de artesanía para mujeres palestinas en el campo de refugiados de Qalandia y se reunió con el primer ministro de la Autoridad Palestina, Salam Fayyad.
La víspera, mantuvieron un encuentro con jóvenes israelíes en Jerusalén Oeste y se entrevistaron con el líder espiritual del partido gubernamental ultraortodoxo sefardí Shass, el rabino Ovadia Yosef.
Este grupo de personalidades se creó en julio de 2007 a instancias de Nelson Mandela, el primer presidente negro de Sudáfrica, con el objetivo de emplear la experiencia y la influencia de sus miembros en la escena internacional para apoyar los esfuerzos de paz, especialmente en Oriente Medio. GARA