«Politesse» francesa y credibilidad política
Los ministros de Interior francés y español, Brice Hortefeux y Alfredo Pérez Rubalcaba respectivamente, ofrecieron ayer una rueda de prensa en París para informar sobre las últimas detenciones ocurridas en el Estado francés y sobre la red de zulos destapada posteriormente, en la que se ha hallado cerca de una tonelada de material para la fabricación de explosivos y diverso armamento de ETA. Un golpe importante por el que ambos se mostraron satisfechos.
No obstante, ayer se pudieron observar algunos elementos disonantes en comparación a ruedas de prensa similares que se suelen celebrar en Madrid. La escenografía dejó clara la relevancia que los mandatarios daban al evento, pero algunas partes del discurso fueron más acordes con la politesse francesa que con el ardor guerrero hispano. Sin ir más lejos, Hortefeux afirmó que «la amenaza de ETA es muy real y desgraciadamente los últimos atentados lo han demostrado», evidenciando que, si bien la operación policial ha sido relevante, el arsenal encontrado y la capacidad de regeneración de ETA muestran la verdadera dimensión del conflicto. No faltaron las típicas bravatas, pero no fueron centrales en el acto, a pesar de que fueron destacadas por algunos medios.
Frente a la retórica vacía, un poco de realismo político ofrece cierta credibilidad. Aun así no es consuelo, puesto que la politesse encierra a menudo cierto grado de hipocresía que esconde además las verdaderas intenciones y las auténticas responsabilidades. A pesar de ser considerado cuna de los derechos humanos, el Estado francés es célebre por ser capaz de grandes atrocidades ejecutadas con un increíble grado de crueldad. El realismo de un ministro francés no es consuelo, porque veintiséis años después Popo Larre sigue desaparecido, al igual que Pertur, Naparra y Jon Anza, todos ellos bajo jurisdicción francesa en el momento de su desaparición. El día que un ministro francés dé explicaciones sobre esos casos, su credibilidad no será consecuencia de la comparación, sino de su responsabilidad.