Aumenta el consumo de tabaco de liar, ¿Cuestión de economía o de salud?
Las ventas de tabaco de liar han experimentado un espectacular aumento de más del 60% en los últimos ocho meses en el Estado español. Algunos consumidores explican la tendencia por su precio más barato que las cajetillas, mientras que otros argumentan que algunas marcas sin aditivos son menos nocivas que los cigarrillos.
Leire INZA | (EFE)
Antes fumaba un paquete al día y ahora un sobre de tabaco de liar me dura cuatro o cinco días y sólo cuesta un poco más caro que una cajetilla», explica Carmen, una donostiarra de 34 años, mientras se lía un cigarro a las puertas de una biblioteca de la capital guipuzcoana.
Pese al incremento de precio que experimentó el tabaco de liar en junio, sigue siendo bastante menos caro que los paquetes de cigarrillos ya que éstos contienen veinte unidades y cuestan una media de tres euros, mientras que el sobre de tabaco de liar, junto con los filtros y el papel de fumar rondan los cuatro euros de media y pueden hacerse más de 60 cigarros.
La tendencia al alza en el consumo ha sido más evidente este año, aunque algunos estanqueros explican que el aumento comenzó en 2007, cuando las ventas eran muy bajas, y, desde entonces, calculan que el incremento podría rondar el 200% y se sitúan en torno a un 15%, frente al 85% que representa el tabaco en cajetilla.
Esta «nueva moda», que los vendedores atribuyen fundamentalmente a los jóvenes, en su mayoría hombres aunque también hay una proporción importante de mujeres, está implantada desde hace muchos años en otros estados, como lo demuestra el incremento de ventas que registran los estancos en verano con la llegada de turismo, sobre todo europeo.
Es el caso de Fabio, un italiano de 22 años que veranea en la capital guipuzcoana y que reconoce que compra «Pueblo» ya que la crisis económica ha hecho mella en su bolsillo y así se ahorra un dinero.
La afluencia de visitantes a la capital ha hecho que algunos estancos hayan triplicado sus ventas en verano y estos días no es extraño ver largas colas de turistas esperando para proveerse de auténticos cargamentos de tabaco, tanto de liar como cartones de cajetillas, más caros en sus paises de origen.
Pero no todos los que han decidido fumar tabaco de liar lo hacen por cuestiones económicas, ya que algunos sostienen que hay marcas como «Pueblo», «Manitou» o «American Spirit» que no contienen aditivos químicos o humectantes como los cigarrillos, de ahí que las consideren menos nocivas.
Ésta es una de las cuestiones que debaten los internautas en numerosos foros, en los que se recomiendan algunas marcas y en las que incluso médicos fumadores hablan de las bondades de un determinado tabaco, aunque reconocen que sus efectos son en cualquier caso perjudiciales para la salud y que el tabaco más sano es el que no se fuma.
Dar el paso del tabaco de cajetilla al de liar no siempre es fácil ya que no todos tienen la habilidad para enrollar la picadura en el papel, por eso, en un primer momento, algunos optan por adquirir distintos tipos de máquinas de liar, pero a la larga no tienen mucho éxito, ya que los consumidores acaban aprendiendo y finalmente dejan de usarlas.
Ana, una donostiarra de 22 años, reconoce que muchas veces se queda sin fumar por no tener que hacerse el cigarro, y es que el gesto de abrir la cajetilla y encender un pitillo se puede hacer de forma automática y uno fuma casi sin darse cuenta, mientras que el hecho de liar conlleva un trabajo y deja de ser un acto mecánico.
Otros, como Borja, de 20 años, encuentran cierto «encanto» a liar, pero también hay jóvenes que admiten que en más de una ocasión se les mira mal por la calle ya que mucha gente cree que se están haciendo un porro, aunque señalan que este gesto es cada vez más habitual y que ya apenas escuchan comentarios despectivos.
Sea por razones económicas o por su supuesto carácter menos perjudicial que los cigarrillos, el tabaco de liar tiene cada vez más adeptos y lo que es seguro es que la crisis no arruinará las ventas porque, como dicen los estanqueros, «el que fuma, fuma».