IRUJO 22

OLAIZOLA II 14

Por si alguna maliciosa mente se había puesto a maquinar tras la primera revancha que ganó Aimar Olaizola, y había pensado que la legitimidad extraoficial de la txapela manomanista de Irujo había quedado en entredicho, no sigan pensando. El de Ibero ha hablado. Alto y claro. Y la txapela, oficial y extraoficialmente, sigue siendo suya tras un interesante partido en el que consiguió la victoria ante su mayor ¯y mejor¯ rival.

Irujo recurrió a sus orígenes para resarcirse de la derrota con la que salió de Gasteiz, y con un juego veloz y preciso dejó claros los argumentos de un campeón manomanista: confianza y agresividad. Volvió a ser aquel pelotari que consigue el tanto antes de tenerlo en mente, el que juega a base de impulsos primarios sin importarle tanto el resultado; ese que, en definitiva, es imparable cuando mezcla su impetuosa iniciativa con el acierto.

Fue un inicio trepidante, con más aciertos que errores. 9 pelotazos bastaron al delantero de Ibero para ponerse 3-0 en el marcador, y demostrar por otro lado que no había ido al Atano a pasar el tiempo. Tampoco parecía que Olaizola hubiera ido de paseo al frontón donostiarra, y pronto respondió con otro soberbio repertorio de remates. El goizuetarra llegó, incluso, a ponerse por delante en el marcador; 5-7. Pero ahí acabó todo.

Fue el momento «D». Los instintos se desataron en el Atano, y sólo había un hombre en la cancha. Irujo endosó un parcial de 14-0 y voló del cartón 5 al 19, Consiguió tantos para todos los gustos, y de todos los colores: dejadas, cortadas a la pared, ganchos... Aunque también es cierto que un bajón del goizuetarra contribuyó al parcial.

El de Ibero también observó la importancia del material: «En este tipo de partidos, cada uno está muy a gusto con su pelota, y se puede hacer mucho daño», argumentaba.

Reacción de Olaizola II

No obstante, aún quedaba la reacción de Aimar Olaizola; una respuesta que se antoja indispensable en la actitud de un ganador nato, como es el de Asegarce. Metió un par de saques, dos bonitos tantos, e Irujo falló otras dos pelotas. Se acercó a 5 tantos (19-14), y los más optimistas ya soñaban con un final apretado. Pero nada de eso sucedió. El vigente campeón no quería especular de ninguna manera con el resultado, y siguió peloteando con la misma contundencia que mantuvo durante todo el partido.

Irujo apareció satisfecho tras el partido, pero no tanto por el triunfo, si no por el hecho de jugar un buen partido a estas alturas del año: «Hemos estado a un gran nivel los dos, y eso es algo muy complicado en agosto», dijo el delantero de Aspe.