El fabricante de automóviles estadounidense General Motors (GM), al que Berlín quiere convencer de ceder su filial europea Opel al canadiense Magna, pidió a Alemania excluir del acuerdo a los inversores rusos GAZ y Sberbank, según revela «Der Spiegel» en su edición de mañana.

«Estas últimas semanas, la dirección de GM ha pedido en varias ocasiones a los representantes del Gobierno alemán excluir a los inversores rusos del consorcio Magna», afirma «Der Spiegel», que no cita fuentes. «Esto haría que el proyecto fuera más aceptable en Estados Unidos». Pero «los negociadores alemanes se han negado», según la revista. «Han hecho valer los acuerdos entre la canciller Angela Merkel y el presidente ruso Dimitri Medvedev». En un encuentro en Múnich a mediados de julio, «Merkel le prometió apoyar el proyecto Magna pase lo pase», afirma la revista.

El portavoz del Gobierno alemán, Ulrich Wilhelm, negó ayer a la agencia France Press que la participación de un socio ruso en la oferta de Magna «sea una razón fundamental rechazar esta oferta». «No hay actualmente y nunca ha habido indicaciones por parte del Gobierno americano ni de General Motors» en este sentido, añadió.

Desde hace unos días, los dirigentes políticos alemanes, que han hecho de esta operación una prioridad política, no esconden su irritación frente al estancamiento del caso Opel por la falta de decisión de GM.

Cuestión nacional

Tanto la canciller conservadora Angela Merkel, como su vicecanciller, el socialdemócrata Frank-Walter Steinmer, también su principal rival en las próximas elecciones del 27 de septiembre, han abanderado la defensa de la opción de Magna.

General Motors todavía no ha tomado ninguna decisión entre las dos ofertas que quedan en la mesa: la de Magna, apoyada por el banco y el fabricante rusos Sberbank y GAZ, y la del fondo de inversión belga RHJ. Incluso llegó a insinuar la posibilidad de no llevar a cabo la venta.