La tecnología en 3D quiere entrar en los salones de nuestras casas
A.END-A.BOUVIER | BERLÍN
El grupo japonés no sólo quiere adaptar los televisores, sino también sus consolas de videojuego, sus portátiles y sus lectores de discos con el objeto de «hacer entrar el 3D en el hogar», una posibilidad que todavía se limita a las salas de cine.
La propuesta la han lanzado dentro del salón electrónico Ifa, que se desarrolla hasta el próximo miércoles en Berlín. En el stand de Sony, los prototipos de estos televisores en relieve recuerdan a las pantallas de LCD, por las que desfilan dibujos animados muy coloridos... y un poco borrosos. Pero al calzarse unas gafas sofisticadas, los visitantes descubren una imagen nítida y con sensación de profundidad. La tecnología empleada era conocida desde hace algunos años, sobre todo por los fanáticos de ciertos juegos de ordenador. Pero los ingenieros de Sony han trabajado para mejorar la calidad de la imagen, cara a que el espectador «ya no sufra dolor de cabeza al cabo de media hora», explican.
Basándose en el resultado obtenido, el grupo ha decidido comenzar la comercialización en masa en 2010, con un precio de venta todavía desconocido. «Es el momento perfecto para un anuncio de este tipo, incluso si el objetivo es ambicioso», explica Ralf Tánger, un experto en 3D de investigación del Instituto de Tecnología del Instituto Fraunhofer Heinrich Hertz. Sony no es el único colocado en las primeras posiciones en esta carrera: Panasonic (Japón) y Hyundai (Corea del Sur) han presentado sus primeros modelos de televisores, sin avanzar la fecha de venta. Los fabricantes de ordenadores y teléfonos móviles también están al acecho.
«Por ahora, el principal obstáculo es que aún faltan contenidos»; es decir, series o programas grabados en relieve, «pero esto está a punto de cambiar», indica Jörn Ostermann, profesor de la Universidad de Hannover y especialista en este campo. En los cines se espera, por ejemplo, el inminente estreno de «Avatar», película en 3D de James Cameron («Titanic»).
Pero, «el objetivo es el salón familiar», dice Tánger. Antes de realizar semejante inversión, explica, los fabricantes deberán decidir una cuestión espinosa: «¿Gafas: si o no?». La mayoría de los dispositivos presentados debe ir acompañados de unas gafas equipadas con obturadores, que se cierran de forma sincronizada, para crear la impresión de profundidad.
El principio de 3D, de hecho, se basa en la capacidad de separar la visión en ambos ojos.
La pregunta ahora es «¿gafas si o no?». Hay algunos prototipos, como el que utiliza la tecnología 3D4you, del neerlandés Phillips, que prescinden de ellas, aunque el efecto 3D se pierde si el espectador se sitúa a una cierta distancia de la pantalla. A diferencia de los modelos que sí las incorporan, además, no puede utilizarse el televisor para ver programas en 2D.