Unos 55.000 niños se han convertido en desplazados a causa de los enfrentamientos entre el Ejército de Yemen y los rebeldes chiíes de Saada, al norte del país, según informó ayer la oficina de Unicef en Oriente Medio.

Unicef, radicada en el reino de Bahrein, aseguró que las organizaciones de ayuda humanitaria no son capaces de atender a la mayoría de los desplazados debido a que continúan las hostilidades.

En un comunicado, afirmó que todavía se desconoce el número de víctimas, pero que se espera que sea elevado. Además, Unicef dijo que muchos de los niños yemeníes que se han visto forzados a abandonar sus hogares viven ahora en campamentos, escuelas o casas de familiares.

Pésimas condiciones

«Las posibilidades para estos niños de acceder a los servicios básicos como el agua potable o la atención sanitaria son muy limitadas», señaló el comunicado de Unicef.

Decenas de miles de personas han huido de sus hogares, desde el inicio el pasado 11 de agosto de una amplia ofensiva militar contra los rebeldes chiíes -pertenecientes a la rama del zaydismo- en la provincia norteña de Saada, fronteriza con Arabia Saudí.

El pasado viernes, las autoridades de Sana'a declararon un alto el fuego unilateral para permitir el envío de ayuda humanitaria a los civiles, pero horas después el Gobierno yemení acusó a los rebeldes de violar la tregua.

Los enfrentamientos esporádicos entre el Ejecutivo yemení y los insurgentes zaydíes, liderados por el clérigo chií Abdel Malek al-Houthi, se remontan a abril de 2004.