Un trabajador de 36 años, Antonio P.I., falleció ayer al ser atrapado por una máquina bobinadora que lo aplastó, en la empresa Servicio de Corte Producto Laminado (Secor), en Abadiño.

El suceso se produjo a mediodía en esta empresa, que cuenta con nueve trabajadores, localizada en el barrio de Murueta.

Hasta el lugar se desplazaron efectivos sanitarios que sólo pudieron confirmar la muerte del trabajador. El fallecido estaba casado y tenía un hijo de corta edad. Acumulaba una antigüedad de tres años en la empresa. Con esta muerte son ya 59 las personas fallecidas en su puesto de trabajo este año en Euskal Herria.

Según explicó CCOO, Antonio P.I. sufrió un enganchón y la máquina lo arrastró hasta provocarle la muerte. Un compañero, alertado por el ruido, activó la parada automática del tren de bobinado, pero la presión de las bobinas ya le había provocado la muerte. El tren de bobinado es una máquina con dos ejes que sirve para desenrollar chapa de una bobina y volver a enrollarla en otra, de tal forma que, en el tránsito del material, los operarios comprueban su calidad.

Carencias en seguridad

La máquina carecía de detectores de presencia y de un sistema de parada automática para casos de riesgo, según CCOO. Este sindicato ha convocado una concentración de repulsa por este accidente para mañana a las 12.30 en el barrio de Matiena.

CCOO aseguró que esta muerte «era totalmente evitable si se hubiesen aplicado las medidas de seguridad necesarias en el centro de trabajo», y denunció que, «con el pretexto de la crisis y con la excusa de la competitividad, muchas empresas están buscando ahorrar en prevención, de forma que las medidas de seguridad se están relajando de forma palpable». Por ello, exigió «la efectiva integración de la prevención en la empresa».