Helen Groome Geógrafa
Carne «sin sufrimiento»
¿Por qué no un artículo que recomiende la modificación genética de las clases políticas para que quienes la hayan perdido vuelvan a tener una conciencia social? Porque todo el mundo sabe que no solucionaría nuestros problemas
El filósofo estadounidense Adam Shriver acaba de hacer una propuesta de debate que está teniendo unas ondas expansivas que él mismo preveía. Propone que, ya que tenemos carne «sin hormonas» o «sin antibióticos», ¿por qué no indagar en las posibilidades de carne «sin dolor»?
Desarrolla la lógica de su propuesta sobre la base de que el ser humano consume casi 300 millones de toneladas de carnes cada año, un aumentó del 50% desde los años sesenta y que una buena parte, cada vez mayor, viene de la ganadería industrial, modelo de producción que genera un alto grado de sufrimiento para los animales (como ejemplo, decir que se extirpa parte del pico de los pollos de las granjas intensivas sin anestésicos o analgésicos para que no se picoteen entre sí, siendo éste un ejemplo nimio en la cadena de sufrimientos generados).
Shriver considera poco probable que la gente con acceso a la carne derivada de la ganadería industrial decida renunciar a ella debido a este sufrimiento; en todo caso, únicamente llegan a introducir normas para «mejorar» las condiciones vitales de los animales. Así, propone debatir las ventajas y desventajas, posibilidades y dificultades de modificar genéticamente el ganado de diferentes clases -vacas, gallinas y cerdos principalmente- para que el grado de sufrimiento que llega a sentir sea menor.
Cita diversos estudios acerca de los diferentes componentes del dolor, básicamente el dolor en sí y la capacidad de sufrirlo. Se trataría de incidir en los animales para reducir su capacidad de sufrir el dolor y así mejorar su calidad de vida, sin influir en la cantidad de carne suministrado al mercado. Titula su artículo «¿Puede la tecnología vencer donde la moralidad ha quedado bloqueada?
El propio Shriver se adelanta a considerar las posibles reacciones a esta propuesta, entre ellas que hay otros motivos para eliminar la ganadería intensiva aparte del sufrimiento animal que causa, pero concluye que, ya que tenemos ganadería intensiva para rato, deberíamos considerar cómo «mejorarla», por ejemplo, reduciendo el sufrimiento animal que genera. De todos modos, y con perdón, no estaríamos eliminando el dolor, sino únicamente reduciendo la sensación de sufrirlo (¿imagináis las consecuencias de hacer esto en nuestra propia especie?).
En fin, puedo intentar entender su lógica, pero desde luego no puedo compartirla. Una vez más alguien quiere enredarnos en soluciones tecnológicas para problemas generados por el ser humano con la vieja canción de que la utopía no es posible, cuando por utopía se entiende cualquier cosa que cambie el status quo de dominación hacia un mundo más ¿«humano»? ¿Por qué no un artículo que recomiende la modificación genética de las clases políticas para que quienes la hayan perdido vuelvan a tener una conciencia social? Porque todo el mundo sabe que no solucionaría nuestros problemas.
Y lo mejor para el final. El filósofo que propone modificar genéticamente el ganado para evitar su sufrimiento es... vegetariano.