El alemán André Greipel (Columbia) consiguió el triplete en la Vuelta con su triunfo al esprint en la decimosexta etapa disputada entre Córdoba y Puertollano, de 170,3 kilómetros, en otra jornada de transición, casi de siesta, que finalizó con 45 minutos de retraso y sin alteraciones en la general.

Reaparición de Greipel, el corredor de Rostock que tenía pendiente la tercera visita al podio. Mojó en Lieja y en Vinarós, desapareció en la montaña, y en Puertollano irrumpió en meta con su maillot verde de la regularidad para apuntarse su victoria número 15 de la temporada y la 77 de una escuadra que no duda en sacrificar otras facetas -son últimos en la clasificación por equipos- para ganar etapas.

Profesional desde 2005, Greipel, de 27 años, ganó la partida al francés William Boonnet y al italiano Daniele Bennati, último ganador en Puertollano. La media de 35,1 kms/hora, ritmo cercano al cicloturismo de café y bocata, evidenció que las fuerzas están en crisis.

Eso sí, al final hubo susto. Una caída provocada por un aficionado que sacó el brazo y derribó a tres corredores cerca de meta. La peor parte para Wouter Weylandt (Quick Step) y Julian Dean (Garmin), el primero de ellos con la clavícula maltrecha.

Otra aventura quijotesca

Como el que no arriesga no triunfa, siempre hay alguien que intenta la escapada. De nuevo en escena Jesús Rosendo (Andalucía), farolillo rojo hace dos años, que se adelantaba antes de cumplirse los 10 kilómetros con altas dosis de ilusión quijotesca en La Mancha. Pero el Columbia puso el despertador y el sueño de Rosendo terminó a falta de 18 kilómetros para la meta. Hoy, nueva etapa llana entre Ciudad Real y Talavera de la Reina.