La ONU ha encontrado pruebas de que tanto Israel como Hamas cometieron crímenes de guerra y, posiblemente, crímenes contra la Humanidad, durante la ofensiva sionista contra Gaza de diciembre y enero pasados, que se saldó con la muerte de más de 1.400 palestinos, la mayoría de ellos civiles, y 13 israelíes.

«La misión ha concluido que acciones que se llevaron a cabo equivalen a crímenes de guerra, y, posiblemente, de alguna manera, a crímenes contra la Humanidad», tanto por parte del Ejército israelí como por parte de los milicianos palestinos, señala el informe presentado ayer por el jurista sudafricano Richard Goldstone.

El informe de 574 páginas indica que la ofensiva israelí tenía como blanco a toda la población gazatí, como parte de una política de «castigo colectivo» iniciada en 2007 con el bloqueo impuesto a este territorio palestino.

Los cuatro miembros del comité aseguran en el informe que los militares sionistas utilizaron «la fuerza de manera desproporcionada» contra civiles palestinos, con el bombardeo «ilegal» de almacenes de alimentos, zonas residenciales, fábricas y equipos de potabilización de agua, con el fin de «negarle el sustento a la población civil». Señala que las acciones destinadas a privar a la población de alimento, empleo, vivienda y agua, y de la libertad de movimientos, podrían ser consideradas crímenes contra la Humanidad.

Indica que en la mayoría de casos los soldados israelíes ignoraron el principio fundamental del derecho internacional de «distinguir» entre objetivos civiles y militares y recuerda, al respecto, la avanzada tecnología militar israelí y las declaraciones del Ejército de que no se cometieron errores.

El comité sitúa en el mismo plano la ofensiva militar sionista y el lanzamiento de cohetes desde Gaza contra el sur de Israel al señalar que por su naturaleza «indiscriminada» podrían ser considerados «crímenes de guerra y podrían llegar a ser crímenes contra la Humanidad». «El lanzamiento de cohetes y morteros que no pueden apuntarse con suficiente precisión a objetivos militares viola el principio fundamental de la distinción» entre civiles y combatientes, afirma el informe, que los considera «ataques deliberados contra la población civil».

Goldstone recomienda al Consejo de Derechos Humanos que pida a Israel una investigación «independiente» sobre los posibles crímenes cometidos por sus fuerzas, y, en caso de no hacerlo, considera que el Consejo debe remitir la información recabada por su misión al Tribunal Penal Internacional (TPI).