El PNV considera que es hora de «construir y asegurar la unidad de todos los demócratas en contra de la violencia», por lo que Iñigo Urkullu hizo ayer un llamamiento a «los partidos políticos comprometidos con los valores éticos y democráticos» para «hacer un diagnóstico compartido de la situación y actualizar los acuerdos habidos desde el Pacto de Ajuria Enea». El objetivo es «articular un nuevo acuerdo, que nos permita abordar unidos la lucha para acabar con la violencia, sin menoscabo de las aspiraciones políticas de cada cual».

La propuesta fue realizada por el presidente del EBB durante su intervención en el «Forum Europa-Tribuna Euskadi», donde enumeró los diez retos que, en opinión de su partido, es preciso afrontar en este curso político. Dentro de este decálogo calificó como «vital» el punto refe- rido a «la paz, la deslegitimación de ETA, el apoyo a las víctimas del terrorismo y el compromiso con los derechos humanos para todas las personas, así como el impulso a políticas de distensión».

Como ha venido haciendo a lo largo del verano, Urkullu habló de que en sus 50 años de existencia ETA sólo ha causado «sinrazón, terror y dolor» y volvió a repetir, una vez más, que «ETA es la tragedia nacional de nuestro país».

«Acción policial y social»

La propuesta del PNV parte de que «el final definitivo de ETA va a depender, en última instancia, de la decisión de la propia ETA y de la izquierda radical abertzale». Con esta premisa, señala que «nosotros podemos y debemos seguir trabajando para debilitar cada vez más a ETA en dos planos: en el plano organizativo, mediante la acción policial; y en el plano social, mediante la permanente concienciación propia y colectiva, ética y política, de la no legitimidad de la violencia».

Urkullu apuntó que el debate sobre diálogo sí o no resulta «estéril». Y explicó que «si fuera posible, un final dialogado de la violencia no es incompatible ni opuesto al final de ETA que reclamamos. La clave para valorar y evaluar el diálogo no reside en su idoneidad, sino en su eficacia. La eficacia del diálogo sólo depende de que se den, en verdad, condiciones para un definitivo `cierre de la persiana' por parte de ETA. No procede, pues, descalificar de entrada el diálogo como sinónimo de debilidad, cuando en realidad es sinónimo de fortaleza de los demócratas».

Fue en ese contexto donde situó la propuesta de «unidad de todos los demócratas frente a la violencia», que «para que«sea sólida y no quede reducida a un simple argumento retórico, exige el máximo respeto a las posiciones de los partidos en relación a la lucha por la paz».

Estatuto y geometría política

Entre las iniciativas que el PNV desarrollará en este curso, Iñigo Urkullu anunció que pondrán sobre la mesa una propuesta -que ya «está escrita», precisó- para «avanzar en el autogobierno y en nuestra capacidad de autogobierno». Además, abogará por el cumplimiento del Estatuto en los términos consensuados en su día en el Parlamento.

En su intervención, Iñigo Urkullu no dejó de lado los últimos acontecimientos políticos. El presidente del EBB quiso dejar claro que aunque haya cambiado el mapa institucional, «la sociedad vasca no ha cambiado. La estructura general del voto popular se mantiene».

Luego fue más allá y, con un símil geométrico, explicó que el escenario político vasco se ha dibujado tradicionalmente como un rombo, con un eje izquierda-derecha y otro de adscripción nacional vasca y espa- ñola. Con el reciente pacto entre PSE y PP, esa figura se habría convertido en un triángulo. En un vértice están «las dos fuerzas de obediencia estatal unidas por un pacto indisoluble». En otro, «el nacionalismo de compromiso democrático y vocación institucional que lidera el PNV. Y el triángulo se completa con la amalgama o `polo' en eterna construcción de la izquierda abertzale, ya sea radical, histórica, oficial o no».

En opinión de Urkullu, el pacto PSE-PP es «un pacto de los contrarios» o «pacto a la contra» que en la CAV no era deseado, como atestiguan las encuestas, pero resultaba «un pacto imprescindible en el Estado».

Después, el presidente del EBB criticó que el lehendakari sigue todavía sin propuestas, con «un papel en blanco» cuyo único valor es que «en el anverso cuenta con el sello del PP» que le garantiza una mayoría parlamentaria. Frente a esta actitud de estar a la espera para luego improvisar, Urkullu señaló que el PNV tiene propuestas de futuro, fruto del largo proceso de diagnóstico de necesidades y retos que fue «Think Gaur Euskadi 2020».