El drama de la inmigración
Human Rights Watch acusa a Italia de entregar ilegalmente inmigrantes a Libia
La organización defensora de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW) denuncia el «inhumano acuerdo migratorio» mediante el que Italia devuelve directamente y de manera forzosa a los inmigrantes a Libia, sin comprobar siquiera si éstos pueden optar al estatus de refugiados. De la misma manera, extienden un llamamiento a la Unión Europea con el fin de que presione a Roma para que cesen los rechazos directos y se garantice el derecho de asilo.
GARA | ROMA
Italia intercepta los barcos con emigrantes africanos y solicitantes de asilo, no los somete a examen para ver si pueden optar al estatus de refugiados y los devuelve a Libia, donde muchos son detenidos en condiciones inhumanas y degradantes, además de ser maltratados, según denunció ayer un informe emitido por la organización proderechos humanos Human Rights Watch (HRW).
Este tipo de actuaciones son fruto de un pacto migratorio suscrito bilateralmente entre Trípoli y Roma, que permite a Italia devolver al país africano los botes interceptados, aun sin haber revisado si sus ocupantes podrían solicitar asilo.
El texto recoge los testimonios de 91 personas que residen en Italia y Malta tras reclamar asilo político, y de otro más en conversación telefónica desde Libia, donde permanece retenido a la espera de ser recibido en Roma.
Tratamiento brutal
«La realidad es que Italia está enviando a la gente de vuelta a una situación de abuso», afirmó el director de política para refugiados de HRW y autor del dossier, Bill Frelick. «Los emigrantes que han sido detenidos en Libia suelen hablar de tratamiento brutal y de masificaciones, además de condiciones no sanitarias», agregó.
La organización asegura que las lanchas motoras italianas remolcan los barcos de indocumentados que encuentran en el mar a aguas internacionales, sin averiguar si algunos de ellos son «refugiados, enfermos, están heridos, son mujeres embarazadas o niños no acompañados, víctimas de tráfico o de otras formas de violencia contra las mujeres».
«Los italianos usan la fuerza para transferir los inmigrantes desde las barcazas a las embarcaciones libias o los llevan directamente a Libia, donde los encarcelan inmediatamente. Algunas de las operaciones son coordinadas por Frontex, la agencia de la UE para el control de las fronteras externas», subrayó el texto.
Esta política es, según Frelick, una violación abierta de la obligación legal de Italia de no obligar a los inmigrantes a volver a aquellos lugares donde su vida o sus libertades puedan verse amenazadas.
«Italia desobedece sus obligaciones legales por los regresos sumarios de barcos de inmigrantes a Libia», explicó Frelick. «La UE debe pedir que Italia cumpla con sus obligaciones deteniendo estos regresos a Libia. Otros estados miembros de la UE deberían rechazar participar en las operaciones de Frontex que dan lugar a la vuelta de inmigrantes al abuso», añadió.
En su informe, HRW exhorta al Gobierno de Libia a mejorar sus «deplorables condiciones de detención» en los centros de su país y pide al Ejecutivo italiano, a la UE y a Frontex que aseguren el derecho de asilo de los indocumentados y no devuelvan al país norteafricano a ciudadanos que no son originarios de allí.
«La cláusula sobre los derechos humanos en el próximo acuerdo marco entre la UE y Libia, así como cualquier otro que derive de él, debería incluir una referencia explícita a los derechos de los solicitantes de asilo y de los inmigrantes como requisito previo», apuntó Frelick.
Roma no responde
El ministro del Interior italiano no respondió al informe de la ONG, pero Roma sostiene que las solicitudes de asilo son revisadas en Libia y que su trato a los inmigrantes es justo.
Por su parte, Libia no ha ratificado en convenio internacional sobre refugiados y trata a todas las personas como inmigrantes ilegales, sin importar su país de origen o necesidad de ayuda.
«No hay refugiados en Libia, afirmó el director de la Oficina de Inmigración en la Comisión para la seguridad pública, el general Mohamed Bashir al-Shabani. «Hay gente que se introduce en el país de manera ilegal y que no puede ser descrita como refugiados», aseguró y explicó que toda aquella persona que entra en Libia sin documentos ni permiso es arrestada de inmediato.
A pesar de las prácticas libias, la UE, como Italia, ve cada vez más a Libia como un socio de valor en el control de la migración. La Comisión Europea está negociando en la actualidad un acuerdo de readmisión con Libia que crearía un mecanismo formal de retorno, así como un acuerdo general para mejorar los lazos.
Según HRW, el 75% de los inmigrantes llegados a Lampedusa era solicitante de asilo, y la mitad tenían derecho a protección internacional por provenir de zonas en conflicto como Somalia o Darfur.
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados y organizaciones locales tienen ahora acceso -aunque no siempre está garantizado- a la cárcel libia de Misrata para prestar ayuda humanitaria.
En su informe, Human Rights Watch urge al Ejecutivo libio a mejorar las «deplorables» condiciones de los centros de detención y a establecer procedimientos de asilo acordes a los niveles internacionales.
Una crónica de la agencia Efe, firmada por Enrique Rubio, recogía en el día de ayer, el desesperanzador testimonio de varios ciudadanos subsaharianos que critica duramente contra el Estado español, y le hacían responsable del drama de las pateras.
«¡Es España quien tiene la responsabilidad! Marruecos al menos nos permite estar, pero en España nos expulsan cada vez que llegamos. Y aún es peor en Francia y Alemania», se quejaba Henry, natural de Ghana.
Rubio aseguraba entre 300 y 500 subsaharianos aguardaban en Tánger su turno para la patera. Además, reflejaba que todos aquellos que logran salvar el estrecho de Gibraltar, acaban siendo deportados a sus países de origen, lo que supone una vuelta al inicio del ciclo.
Así, uno de los subsaharianos consultado por el periodista, sostenía que no tiene «ni siquiera miedo a la muerte», a la que se ha enfrentado en varias ocasiones.
«¿Por qué no nos aceptan en Europa si sólo vamos a trabajar? Acusamos a España de ser culpable de que estemos aquí varados, en tierra de nadie, sin opción a encontrar un trabajo. No podemos volver a nuestro país, porque allí sólo nos espera la muerte», protestaba Noah, un segundo ciudadano entrevistado.
La crónica resaltaba que algunos de ellos han llegado a ser veteranos, «sometidos a una ruta circular que no logran frenar: de su país de origen a Marruecos, de allí, con suerte, a España, y vuelta a África negra deportados».
Un tercer varón, llamado Cristopher, instaba «al Gobierno español a que conozca los problemas de África, y que comprenda que esos problemas son los que nos llevan a intentar cruzar el estrecho para encontrar una vida mejor».
Por otra parte, en la mañana de ayer se retomó la búsqueda de los desaparecidos tras el naufragio de una patera en la noche del sábado alrededor de Leila (Perejil).
Así, las autoridades españolas y marroquíes volvieron al lugar donde se localizaron los cuerpos de ocho inmigrantes, y once supervivientes. GARA
La Guardia Civil española interceptó ayer dos pequeñas barcas inflables de juguete con seis y cuatro inmigrantes marroquíes, respectivamente, cerca de la costa andaluza de Tarifa.
Estas embarcaciones de plástico fueron avistadas sobre las 2.50 horas de ayer a cinco millas de (9,26 kilómetros) , una al sur y otra al sureste dicha la localidad costera.
Según la Cruz Roja, todos los ocupantes de estas lanchas inflables eran varones mayores de edad. Añadieron que todos se encontraban en buen estado de salud y fueron trasladados por la Guardia Civil al puerto tarifeño.
Una vez en tierra, algunos de ellos recibieron los primeros auxilios, debido a los síntomas previos de hipotermia que padecían. GARA