No faltará quien lo asocie a una incipiente recuperación en la peor crisis económica de los últimos cincuenta años: la OCDE ha salido a la palestra para recordar a los estados de la Unión Europea que el camino correcto es la liberalización, no el proteccionismo. Es decir, que la intervención de lo público (a saber, las inyecciones multimillonarias a costa del erario público para evitar una hecatombe financiera global) estuvo bien mientras sonaban todas las alarmas, pero ahora que comienza a escampar hay que ir cerrando el paraguas y regresar al imperio del mercado. Aconseja la OCDE, más conocida como el «Club de los países desarrollados», que se vayan eliminando las ayudas públicas y se recupere la apuesta decidida por el sistema de mercado único europeo.

Y recetas no le faltan. Entre ellas, mejorar el ámbito de la innovación, afrontar la transición a una economía sobria en emisiones de carbono y abrir más los mercados europeos al mundo. Todo eso, cuando, de momento, el conjunto de la UE soporta una caída media del 4% en el PIB y se augura que la recesión seguirá en 2010 en gran parte de los países. Pero, por si acaso, que nadie se olvide que el camino es liberalizar. Más y mejor.