Moctezuma ajusta cuentas con la historia en el Museo Británico
Considerado por muchos un traidor que se rindió al conquistador español Hernán Cortés, Moctezuma, último emperador azteca electo, se reivindica en el Museo Británico como un formidable líder que tuvo a sus pies el mayor imperio de Mesoamérica.Pedro ALONSO | LONDRES
Casi cinco siglos después de su oscura muerte, el legendario gobernante sigue fascinando al mundo y se lanza ahora a seducir a los británicos en la magnífica exposición «Moctezuma: Emperador azteca», organizada por el museo londinense en colaboración con el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH).
El soberano promete convertirse en una de las estrellas de la temporada cultural en Gran Bretaña, pues ha generado tanta expectación que se han vendido por adelantado 10.000 entradas para la exhibición, confirmó una portavoz del British Museum. Desde el próximo jueves hasta el 24 de enero de 2010, más de 200.000 personas se espera que visiten «la primera exposición biográfica de Moctezuma que se celebra en el mundo», en palabras de la subcomisaria del evento, Elisenda Vila.
Unas 160 piezas (máscaras mosaico, cuadros idealizados, valiosas alhajas, códices coloniales, armas de la época) procedentes en su mayoría de México, pero también de otros países, recrean el esplendor de la civilización azteca, un término incorrecto popularizado desde el siglo XIX para referirse a los «mexica». Moctezuma, cuarto y último protagonista de una serie que el Museo Británico ha consagrado a grandes gobernantes de la historia, da nombre a una marca de cemento, una compañía chocolatera, una cervecería y una estación de metro en Ciudad de México, pero no cuenta en la capital mexicana con ninguna estatua en su memoria.
La ausencia del soberano quizás se deba, como apunta el comisario de la exposición, Colin McEwan, a que «Moctezuma es persona non grata en México debido a la opinión tradicional de que actuó en secreto contra su pueblo y cedió el imperio a los españoles».
«Nosotros -precisó McEwan- intentamos mostrar la otra cara del hombre: la de un gobernante brillante, temido y legitimado por derecho propio, que acometió importantes conquistas territoriales y se embarcó en un gran programa de monumentos públicos imperiales». Moctezuma II -como se le conoce para distinguirlo de un antecesor homónimo- fue un semidiós, un líder político y un jefe militar que, desde 1502 a 1520, forjó el máximo esplendor del imperio azteca, que abarcaba desde la costa del Pacífico hasta el Golfo de México. Sólo en la capital, Tenochtitlán, capaz de competir entonces con Constantinopla y Nápoles y donde se alza hoy la Ciudad de México, unos 250.000 súbditos rendían culto a Moctezuma, pero no podían mirarle a la cara, pues semejante sacrilegio costaba la muerte. Sin embargo, varias premoniciones -cometas en el cielo, torres de fuego y otros fenómenos- presagiaron el colapso del imperio y precedieron la llegada de los españoles, como documenta el «Códice Durán», proveniente de la Biblioteca del Palacio Real de Madrid.