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Análisis | La vuelta de la igualdad y de la falta de espectáculo

Una caída y el CONI impidieron más premio a la apuesta del Euskaltel

 En las cinco llegadas en alto y en las dos cronos apenas ha habido diferencias entre los seis ciclistas que aparecían en todos los pronósticos. Más que el recorrido, han decidido las caídas y el pinchazo de Cadel Evans.

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Joseba ITURRIA

Euskaltel basó la temporada de Samuel Sánchez en la Vuelta con el objetivo de aprovechar que los grandes corredores se centran en el Tour para lograr el primer triunfo del equipo en la general de una grande. Una caída y el CONI impidieron sacar el máximo premio a la apuesta.

El domingo terminó en Madrid una Vuelta caracterizada por la gran igualdad entre los seis primeros y la falta de espectacularidad porque apenas hubo batalla entre ellos. Más que las cinco llegadas en alto o las dos cronos, las diferencias se marcaron por las secuelas de las caídas de Samuel Sánchez, Gesink o Mosquera o el pinchazo de Cadel Evans que le alejó del triunfo camino de Sierra Nevada. En ausencia de todos los mejores corredores que estuvieron en la disputa de la general del Tour -los pocos que participaron como los hermanos Schleck o Kreuziger nunca se plantearon hacer la general- la Vuelta se presentaba como una oportunidad única y entre todos ellos se impuso Valverde. En un caso atípico, ninguno de los ocho primeros de la general final ganó ninguna etapa y Greipel (4), Cunego (2) y Cancellara (2) se repartieron ocho triunfos.

La ausencia del murciano en el Tour le permitió ganar su primera grande y culminar una temporada en la que había apostado fuerte por esa prueba. Nunca había descargado tanto la parte inicial de su calendario para llegar con la máxima frescura al Tour, pero la decisión del CONI de impedirle competir en Italia, por donde pasaban 60 kilómetros de la Grand Boucle, le obligó a replantear sus objetivos y eso ha impedido a Euskaltel ganar su primera grande.

Valverde ha demostrado que es un corredor muy completo y ha mostrado la regularidad que le había faltado antes en las grandes vueltas, donde siempre tenía algún día malo. Sólo tuvo un momento difícil en la subida a La Pandera y supo superarlo.

Además no ha necesitado atacar para ganar. Le han favorecido las desgracias de sus máximos rivales y las bonificaciones que le dieron el liderato en Xorret de Catí en la etapa en la que Samuel Sánchez acusó las secuelas de la caída de la víspera.

Samuel perdió una oportunidad única por culpa de ese percance en la bajada de un puerto que conoce como pocos. Todos los años Euskaltel se concentra en Calpe y sube y baja el puerto de Tudons de manera habitual. Además es probablemente uno de los corredores que mejor técnica tiene para los descensos y se cayó sin asumir mayores riesgos. Pero la suerte es decisiva en el ciclismo y esa caída le hizo perder en Xorret de Catí, entre lo que cedió en meta y la bonificación, más que los 55 segundos que separaron en la general final a los dos grandes favoritos.

En las cronos Samuel aventajó en 50 segundos a Valverde y en las restantes etapas de montaña el murciano necesitó de las bonificaciones para acercarse a esa distancia. Además el ganador del último maillot oro tuvo la ayuda de un buen Caisse d'Epargne, con cuatro vascos como Txente, Erviti, Zandio y David López, que también pueden presumir de ganar una grande. Algo que su equipo no conseguía desde 1998 con el triunfo de Olano en la misma carrera. En ella ya corrió Txente, que acumula 25 grandes vueltas en trece campañas. Sólo se perdió el último Tour por una caída.

Esos once años de sequía de un gran equipo demuestran lo difícil que es ganar una grande y la pena es que quizás a Samuel y a Euskaltel no se les vuelva a presentar una oportunidad igual para ganar una. Lo normal, y más tras el positivo de Astarloza, es que Samuel Sánchez tenga que ir al Tour el año que viene como jefe de filas, aunque el sanpedrotarra y su equipo trasmiten la confianza de que el caso se va a resolver a su favor. Tras pasar unos días de vacaciones por Andalucía tras dar por terminada su temporada, tiene previsto empezar a preparar la siguiente como si no estuviera sancionado. Pero parece seguro que Euskaltel no podrá prescindir de su estrella. Ya ha sido este año el único equipo, junto a Lampre, que no llevó a su líder al Tour y eso es un lujo cuando es el gran objetivo de todos.

González de Galdeano apostó por ganar la Vuelta y ese ha sido el principal reto del año. De hecho, a ella iba a llevar al mejor equipo para trabajar por su líder y casi renunció a la búsqueda de triunfos de etapa. No llevó a Koldo a pesar de que hubo muchos sprints y bastante baratos y corredores como Antón y Egoi Martínez, que son los que más calidad tienen para buscar victorias parciales en grandes vueltas, tenían la consigna de priorizar el trabajo para su líder. El segundo puesto y la forma en que se ha logrado avala una apuesta, al menos, discutible.

Samuel es el más ganador del equipo y al jugarse el año a la carta de la Vuelta -aunque también disputó París Niza hasta que la rodilla se lo permitió y la Euskal Herriko Itzulia con presencia en el podio final- va a llegar al Mundial con un solo triunfo en Laudio. Ese es un lujo para un equipo al que le cuesta tanto ganar, pero era un peaje que quiso pagar para poder optar a la Vuelta. Además todavía quedan el Mundial -este domingo será uno de los favoritos tras su título olímpico- y el Giro de Lombardía, donde ha sido tercero y segundo, para poner el broche a una temporada agridulce porque su segundo puesto en la Vuelta y el buen sabor de boca del Tour con la etapa de Astarloza ha quedado amargado por el escaso número de triunfos y los positivos del sanpedrotarra y de Iñigo Landaluze.

Los restantes vascos no tuvieron mucho protagonismo en la Vuelta. Haimar Zubeldia comenzó bien y fue a menos, pero hay que dar por bueno su decimocuarto puesto tras su gran trabajo en el Tour. David Herrero también completó una meritoria carrera con dos buenas cronos y presencias en escapadas que le llevaron a lograr un segundo puesto y colaborar al triunfo del Xacobeo en la general por equipos. Beñat Intxausti dio destellos de su calidad dentro de una carrera irregular. Fue capaz de estar con los mejores en uno de los finales en alto de Andalucía y eso no está al alcance de cualquiera. Interesa a Euskaltel y es uno de los cuatro objetivos para reforzar el equipo junto a Sicard -único concretado-, Castroviejo y Gorka Izagirre.

Garate cumplió y se ganó su renovación por Rabobank hasta el 2011. Había firmado hasta el 2010 el año pasado y tras rendir bien en todos sus objetivos -en la París Niza estuvo con los mejores y sólo un mal día le impidió acabar en una plaza de honor, en el Tour ganó en el Mont Ventoux y en la Vuelta ha sido uno de los mejores apoyos de Gesink-, Rabobank ha querido premiarle con un nuevo contrato antes de ir al Mundial.

Bingen se despidió como ciclista profesional con una más que digna Vuelta, con presencia en fugas en las que ayudó a Moncoutie a ganar la montaña. Cofidis quería renovarle, pero ha preferido la oferta de Garmin para ser uno de sus directores.

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