Golpe de estado en Honduras
Lula exige ante la ONU la inmediata restitución de Zelaya
El mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, pidió ayer ante la Asamblea de las Naciones Unidas la inmediata restitución del derrocado presidente hondureño, Manuel Zelaya, así como la supervisión de la comunidad internacional para que se garantice la inviolabilidad de la sede diplomática de Brasil en Tegucigalpa. El presidente legítimo de Honduras denunció un plan del Ejecutivo golpista para matarle y fingir después su suicidio.
Ruben PASCUAL | BILBO
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, exigió en la Asamblea General de Naciones Unidas la «inmediata restitución» del depuesto mandatario hondureño, Manuel Zelaya.
«A menos que haya voluntad política, asistiremos a otros golpes de Estado como el que depuso al presidente constitucional de Honduras, José Manuel Zelaya, que encontró refugio en la embajada de Brasil en Honduras», indicó.
Durante su intervención en Nueva York, afirmó que «la comunidad internacional exige que Zelaya sea restablecido inmediatamente en la Presidencia de su país».
El mandatario brasileño, además, emplazó a la comunidad internacional a «permanecer alerta para asegurar la inviolabilidad de la misión diplomática de Brasil en Honduras», que desde que acogió a Zelaya ha sufrido varios ataques.
Desde la noche del lunes, se han sucedido los cortes en el suministro de luz y agua en la Embajada. El dirigente del Frente de Resistencia contra el Golpe de Estado en Honduras, Rafael Alegría, indicó que, pese a los obstáculos, ayer personal de la ONU logró entrar al interior de la sede diplomática para «proveer de alimentos y líquidos al presidente Zelaya y a quienes le acompañan».
Con su intervención ante la Asamblea de la ONU, Lula limitó las amplias expectativas generadas tras saberse que Zelaya estaba refugiado en la embajada brasileña.
De hecho, horas antes de su comparecencia en Nueva York, el mandatario brasileño renunció a ejercer como mediador en la crisis política de Honduras, y apuntó que esa labor corresponde a la Organización de Estados Americanos (OEA). «El negociador es el jefe de la OEA, él se tiene que sentar en la mesa de negociaciones y negociar», aseguró. «El ministro de Exteriores brasileño Celso Amorim ya ha hablado con José Miguel Insulza [secretario general de la OEA] para ver si va para allá para tratar de ayudar», agregó.
En el marco de esta Asamblea, numerosos mandatarios manifestaron su apoyo a Zelaya e instaron a solucionar la crisis política por medios pacíficos. Se repitieron las llamadas al Consejo de Seguridad de este organismo para que convoque una reunión para tratar la situación del país centroamericano.
La presidenta chilena, Michelle Bachelet, instó a Micheletti a aceptar el Acuerdo de San José, elaborado por el presidente costarricense Óscar Arias, que contempla el retorno al poder de Zelaya pero con una serie de limitaciones.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, expresó el lunes que Micheletti debe renunciar a la presidencia para restituir la democracia y «beneficiar al pueblo que lucha por la vuelta al poder de Manuel Zelaya».
Interpelado por Lula, Insulza subrayó la «gran oportunidad» que supone el regreso de Zelaya. Tras su fallido intento de desplazarse a Tegucigalpa debido al cierre de aeropuertos, explicó que no viajará a Honduras hasta que «tenga garantías de poder realizar un trabajo de mediador», porque no quiere «contribuir al conflicto».
Por su parte, el presidente golpista Micheletti expresó su disposición a negociar con Zelaya siempre y cuando éste reconozca las elecciones del 29 de noviembre, lo que supondría otorgar la legitimidad que tanto busca el Ejecutivo golpista.
Además, en el día de ayer, un funcionario estadounidense expresó que Micheletti estaría dispuesto a recibir a una delegación de la OEA para tratar de dar una salida a la crisis política. «Han indicado que ellos están preparados para aceptar otra misión de la OEA cuyo propósito sea facilitar el diálogo en Tegucigalpa entre el presidente Zelaya y el Gobierno de facto», declaró el funcionario. «Creo que ése es un paso positivo y es algo que tenemos que aprovechar», agregó.
Por su parte, Zelaya se mostró dispuesto a «negociar personalmente» con Micheletti.
Respeto a la Embajada
Por otro lado, Roberto Micheletti condicionó en la noche del lunes [madrugada en Euskal Herria] su respeto a la Embajada brasileña a que el país sudamericano cumpla con sus exigencias de presionar a Manuel Zelaya para que solicite asilo a Brasil o se entregue a la Policía, ya que, según los golpistas, aún tendría procesos judiciales pendientes en Honduras.
«Le digo públicamente al presidente Lula da Silva: nosotros vamos a respetar su sede, porque ésa es tierra del Brasil y la vamos a respetar, siempre y cuando ellos contesten a nuestras peticiones», explicó Micheletti a la prensa.
«Zelaya no se suicida»
En este tenso y agitado contexto, Zelaya denunció la existencia de un plan del Gobierno golpista para entrar por la fuerza en la sede brasileña con el objetivo de matarle y luego fingir su suicidio. Detalló que incluso ya cuentan con los médicos forenses que certificarían el suicidio del mandatario derrocado.
«Le advierto a la comunidad internacional, yo Manuel Zelaya Rosales, hijo de Hortensia y José Manuel, no se suicida, está vivo, luchando por sus principios con firmeza y prefiero morir firme, que arrodillado ante esta dictadura y eso que quede muy claro ante estos tiranos que están queriendo gobernar al país con la fuerza de las armas», exclamó Zelaya en declaraciones a la cadena Telesur.
Sobre su situación, dijo sentirse como «en una cárcel» y denunció «interferencias electrónicas que causan nerviosismo, ansiedad y fuertes dolores de cabeza».
En una nota de prensa, la izquierda abertzale manifestó su solidaridad hacia el pueblo hondureño y su legítimo presidente, Manuel Zelaya. Asimismo, instó a la comunidad internacional a responder «con rotundidad» al golpe de Estado.
El Gobierno golpista de Micheletti, en palabras del ministro de Industria y Comercio, Benjamín Bográ, cifró en más de 14 millones de euros las pérdidas económicas generadas durante el primer día de toque queda.
La organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) denunció «la nueva oleada de censura» en la prensa nacional e internacional por parte del Ejecutivo golpista tras el regreso de Zelaya. Exhortó a sus dirigentes a garantizar el derecho de expresión.
El Gobierno golpista de Roberto Micheletti decretó una suspensión, por siete horas, del toque de queda vigente en la ciudad desde el pasado lunes, para que la población pudiera comprar alimentos.
En un principio, el Ejecutivo aseguró que la suspensión de las garantías individuales sería durante seis horas, aunque luego precisó que el toque de queda se levantaría de 10.00 a 17.00 [desde las 18.00 a las 2.00 en Euskal Herria].
Además, advirtió de que están prohibidas «las reuniones de más de 20 personas» durante el toque de queda. El único lugar en el que no tuvo efecto esta medida fue la Embajada de Brasil, ya que se mantuvo el importante cerco policial y militar alrededor de la sede diplomática brasileña, prohibiendo la circulación por la zona.
Un día más, ayer se repitieron las movilizaciones en la capital donde se registraron numerosos saqueos en diversas tiendas y centros comerciales.
Dicha movilizaciones respondieron a la convocatoria de uno de los coordinadores de la resistencia popular, Rafael Alegría, que hizo un llamamiento a «continuar con la movilización social» tras una noche en la que se registraron numerosos enfrentamientos.
«La resistencia ha sido extraordinaria. Los barrios y las colonias siguen sublevados y rechazando el toque de queda, están saliendo a las calles y hay enfrentamientos con la Policía pero el pueblo sigue resistiendo», subrayó Alegría. Informó que el número de detenidos en las últimas 48 horas podría elevarse a 400 y que los arrestados fueron trasladados a un campamento deportivo de la capital hondureña.
Tras subrayar que los seguidores de Zelaya se encuentran «en el camino de la victoria», insistió en que «estamos en la recta apropiada para una solución a la situación de Honduras que devuelva el orden constitucional. La presencia y el regreso de Zelaya es una esperanza para que esto ocurra».
En relación a la represión ejercida contra esas manifestaciones, el jefe de la Policía hondureña, Orlin Cerrato, admitió que «hubo disturbios» en varias zonas de Tegucigalpa y negó que hubieran muerto seis personas, tal y como afirmó Zelaya.
En paralelo a esas declaraciones, un portavoz de Zelaya denunció que al menos cuatro personas fallecieron en los enfrentamientos. La Policía sólo reconoció un muerto.
En declaraciones al diario nicaragüense «Nuevo Diario», Omar Palacios aludió en concreto a la muerte de un niño de ocho años que se encontraba en una vivienda cercana a la Embajada brasileña, que seguía rodeada de policías.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que del 17 al 21 de agosto envió una misión, solicitó ayer una visita «urgente» para evitar que se sigan cometiendo violaciones de derechos humanos. GARA
Amnistía Internacional (AI) denunció un aumento de las palizas policiales y los arrestos masivos de manifestantes contrarios al régimen golpista en Honduras, en una situación que «sólo puede describirse como alarmante».
